La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha relativizado este viernes la importancia del comentario del candidato popular a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, después del debate con su rival socialista, Elena Valenciano. Cañete había expresado que debatir con una mujer y mostrar "superioridad intelectual" puede ser malinterpretado como "machismo". Un comentario que, de hecho, ha sido calificado de machista por la oposición. Algo que la vicepresidenta ha solventado recordando que ella misma tiene su propio "historial" de agravios machistas recibidos. Recalcando que "nadie" se escandalizó por ello.
Preguntada por la polémica sobre las palabras de Arias Cañete en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, Sáenz de Santamaría ha rehusado valorarlas directamente, razonando que pretendía ser "muy prudente". Y no las ha valorado, pero las ha querido poner en contexto, recordando -sin citarlo- un caso reciente en el que ella fue protagonista indirecta.
"Algunas tenemos un historial de haber oído determinadas cosas", ha explicado De Santamaría, que ha añadido que "sencillamente nadie dijo nada". "Y no han pasado muchos días", ha recalcado.
Agravio en forma de tuit
El comentario de la vicepresidenta alude -según han confirmado posteriormente fuentes de Presidencia- a unas palabras del mes pasado del diputado de los socialistas catalanes Román Ruiz, que, después de que De Santamaría afirmara tajantemente a la prensa que no había cobrado dinero negro "en mi puta vida", arremetió en Twitter contra ella con lo siguiente: "¿Sabe Sorayita lo que es una vida puta? ¿Ha fregado escaleras con sueldo de miseria?".
"No voy a entrar en declaraciones de unos y otros", ha razonado De Santamaría. Resaltando, no obstante, que "yo también tengo mi historial y mi manera de ver estas cosas y me llaman la atención algunas cuestiones".