Consciente de que el independentismo no tiene el apoyo mayoritario que desearía, el líder de ERC, Oriol Junqueras, intensifica su estrategia para introducirse en los sectores menos permeables a los postulados secesionistas.

Junqueras ha participado esta semana en la multitudinaria procesión de Jueves Santo celebrada en la localidad barcelonesa de Sant Vicenç del Horts, de la que es alcalde. La romería ha incluido saetas al Santísimo Cristo de la Salud y a Nuestra Señora de la Soledad, una tradición muy arraigada en Andalucía y en algunas zonas de Extremadura y Castilla-La Mancha, de donde proceden buena parte de los vecinos del municipio.

El dirigente independentista no ha dudado en utilizar esa festividad para tratar de pescar adeptos a su causa. "Claro que habría procesiones en una Cataluña independiente. Eso es algo evidente. Habría más incluso que ahora. Porque la independencia sería un éxito total y la gente lo celebraría de todas las maneras", ha declarado a El Mundo.

Marchando al son del himno nacional de España

De hecho, el líder de ERC no tuvo ningún problema en marchar durante horas junto a los nazarenos, al son de Els Segadors y del himno nacional de España. Es la tercera vez que lo hace, tantas como años lleva al frente de la Alcaldía.

Y parece que la fórmula le ha dado algún resultado. "Tenemos una relación cordial con Junqueras pese a que nosotros somos los andaluces del pueblo y él es catalanista. Es respetuoso e inteligente. Va a tragarse seis horas de procesión, himno de España incluido. Tal vez le haga perder los votos de 60 catalanistas extremistas de los suyos, pero a la vez ganar el de 400 andaluces", ha señalado el hermano mayor de la cofradía, Juan Martínez Martínez, de origen andaluz.

Defensa de la oficialidad del español en una Cataluña independiente

Otro de los frentes abiertos por Junqueras es el de los catalanes castellanohablantes. Este mismo jueves, coincidiendo con la procesión, El Periódico publicaba un artículo del dirigente independentista en el que prometía que la lengua española seguiría siendo oficial en una hipotética Cataluña independiente, reiterando la posición avanzada en octubre de 2012.

"El castellano es la lengua de muchos de mis amigos, de personas con quienes comparto todo tipo de complicidades, alegrías, sonrisas y también preocupaciones y momentos duros. Es, pues, la lengua habitual de la mayoría de mis vecinos, de muchos de mis amigos, de la gente que quiero, nacidos aquí o allí. ¡Esta es mi gente!", señalaba.

"Y es con ellos y para ellos, para todos, que queremos construir un nuevo país, más libre, más justo, más democrático. En este nuevo país vamos a ganar derechos, no a perderlos. Y este es uno de los motivos que exigen que el castellano tenga carácter oficial en Cataluña, así como el aranés, porque Cataluña es un territorio con una historia y una cultura que ha bebido de muchas fuentes a lo largo de los siglos. Pero, sobre todo, Cataluña es su gente", añadía.

Los guiños a los castellanohablantes esconden una trampa

Sin embargo, si se analiza el artículo con más detalle, se descubre que sus intenciones no son tan bondadosas como pudiera parecer. ¿En qué consistiría esa oficialidad? ¿Se garantizaría la igualdad de derechos lingüísticos entre catalanohablantes y castellanohablantes en una Cataluña independiente? Él mismo lo explica unas líneas más adelante:

"El catalán debe seguir siendo la vehicular, la común, la preferente en la Administración, y debe tener el estatus oficial que ahora no tiene. Porque será lengua oficial del Estado, no como ahora. Al contrario, lo que ahora tenemos es un Estado que veta sistemáticamente el reconocimiento oficial del catalán en la escena internacional. Y junto al catalán, cuantas más lenguas sepamos, mejor. Empezando por el castellano, porque es justo e imprescindible, tal y como garantiza la escuela catalana".

No es la primera vez que el líder de ERC apuesta por la oficialidad del castellano. Ni tampoco es la primera vez que reconoce que esa oficialidad sería solo simbólica. Así ocurrió durante una entrevista realizada el pasado 28 de enero en TV3. Al ser preguntado si "el castellano estaría en la misma situación que el catalán" en una Cataluña independiente, Junqueras respondió: "No. El catalán ha de ser la vehicular de la enseñanza, ha de ser la lengua común, ha de ser la lengua prioritaria de las Administraciones Públicas. Y a la vez también hemos de gantizar que los ciudadanos que así lo quieran se puedan dirigir a la Administración y a la administración de justicia en lengua española".

Lo cierto es que las principales entidades independentistas con las que colabora ERC se posicionan en contra de que el español siga siendo oficial en una Cataluña independiente. Este es el caso de Òmnium Cultural o de Plataforma per la Llengua, entre otros. Más significativo es la posición de Súmate, la asociación de castellanohablantes independentistas controlada por ERC, cuyos responsables reconocieron en una entrevista que la oficialidad o no del castellano en un hipotético Estado catalán "ya se decidirá en su momento".