Después de más de dos años de proceso judicial, los tribunales han dictado sentencia: el blog Germinans Germinabit no es una página web delictiva. En una sentencia fechada el pasado 24 de marzo, dada a conocer este lunes, el magistrado del Juzgado de lo Penal número 4 de Barcelona ha absuelto a los acusados de los delitos de falsedad documental y usurpación de identidad, para los que se pedía cuatro años de cárcel y una indemnización de 15.000 euros.
En este sentido, el juez tampoco da la razón al demandante, el canónigo Josep Anton Arenas Sampera, que ha trabajado bajo el amparo del Arzobispado de Barcelona (contando con el abogado del arzobispo, Ramón Batlle Tomás), ya que no acepta la petición de cierre del blog, tal y como había solicitado al iniciarse el proceso judicial.
Tras dar a conocer la sentencia, los responsables del blog han señalado que al Arzobispado le "ha salido el tiro por la culata" al pretender cerrar un espacio web en internet que se ha mostrado muy crítico con la función del cardenal Martínez Sistach y el sector de la Iglesia en Cataluña que comulga con las tesis nacionalistas.
"Ese era el mandato de Sistach"
El proceso judicial se remonta a octubre de 2010, fecha en la que se iniciaron las diligencias por los supuestos delitos "contra el honor y falsedad" contra el webmaster de la página. Al poco, el demandante (un diácono cuyo nombre coincidía con el del titular del dominio: Josep María Matamala Orta) retiró la acusación contra el "honor" pero mantuvo la de "falsedad".
Iniciado el proceso judicial, se amplió la acusación a dos personas más, la mujer del webmaster y Mariano Arnal, uno de los autores del blog que firman bajo seudónimo. Desde el principio, tanto los acusados como los autores del blog señalaron que fue casualidad la utilización del nombre del diácono (Matamala era el restaurante donde se encontraban los autores de la página para compartir ideas).
El juez, en la sentencia, da la razón a los demandados: "En el caso que nos ocupa, todavía está por demostrarse en qué derechos o facetas de la vida diaria suplantaron los acusados la personalidad de Josep María Matamala Orta, diácono de la Iglesia Católica, al que no consta probado que conociesen pese a haber reconocido los tres pertenecer a una comunidad católica. […] En definitiva, no se usó el nombre de Josep María Matamala Orta para hacer efectivo el traslado del dominio aludido, ni se han utilizado sirviéndose de él de las facultades o derechos que dicho señor pudiera tener en la comunidad religiosa a la que pertenece o en la sociedad civil y por lo tanto no puede afirmarse que los acusados cometieran el delito que se les imputa".
Así, según han indicado los autores del blog tras conocer la sentencia, el cardenal Martínez Sistach ha perdido la batalla para cerrar una página web por motivos de libertad de expresión: "Ese era el mandato de Sistach. Por eso utilizó a eclesiásticos como letrados. No lo ha conseguido, pero andemos con cuidado que el cardenal tiene mal perder".