"La declaración unilateral de independencia no es nuestro marco ideal, ni el mejor, ni el que queremos. Pero no podemos descartarla al 100% porque sería una renuncia tan evidente que nos haría perder fuerza". Así se ha posicionado el presidente de la Generalidad, Artur Mas, en una entrevista publicada este domingo en El Periódico.
En la entrevista, consistente en una conversación con diez ciudadanos realizada el martes pasado, Mas no aporta demasiadas novedades al discurso que viene manteniendo en los últimos meses. Pese a las múltiples evidencias en sentido contrario, el líder nacionalista ha asegurado que "este proceso [secesionista] no está rompiendo la convivencia en Cataluña".
"Lo que pondría en peligro la convivencia es que el pueblo de Cataluña llegue a la conclusión de que no se le deja votar para decidir su futuro, porque eso es lo mismo que negar su existencia. Para la convivencia, ir a votar no es peligroso; no poder votar sí lo es", ha insistido. Y ha apelado a que "británicos y escoceses fijaron de mutuo acuerdo la pregunta, la fecha, el procedimiento y las consecuencias".
El plan b, elecciones... pero tal vez no anticipadas
Mas ha reiterado que el plan b, ante la probable imposibilidad de celebrar el referéndum independentista que promueve para el 9 de noviembre, pasaría por convocar unas elecciones autonómicas, aunque apunta que tal vez podría intentar agotar la legislatura:
"Es el último recurso, y no es el que contemplamos; ahora solo pensamos en hacer la consulta el 9 de noviembre. Si al final nos quedamos desarmados, decidiremos si usaremos el marco legal de las elecciones, que podrían ser anticipadas, o no".
En todo caso, ha asegurado que "la marcha atrás no es una opción, sería un error muy grande", porque, en su opinión, en las autonómicas del 25 de noviembre del 2012 hubo un mandato "explícito y mayoritario" por el "derecho a decidir".
"La independencia no significa que al día siguiente todo cambie a mejor"
El dirigente nacionalista ha vuelto a acusar al Gobierno de no querer dialogar: "No se puede dialogar si no hay como mínimo dos. Y en este momento no hay dos porque hay uno que no quiere".
Y ha asegurado que, si hubiese consulta y la mayoría apostase por la secesión, las consecuencias no sería inmediatas. "La independencia no significa que al día siguiente todo cambie a mejor. Estamos hablando básicamente de instrumentos, no de esencias identitarias. Hay mucha gente que vive la independencia como un tema patriótico, identitario, cultural, lingüístico, histórico... pero el tema de si Cataluña tiene Estado es básicamente disponer instrumentos o no tenerlos", ha explicado.
¿Y si no ganase la opción de la ruptura? "Cuando pierdes, pierdes. Es vital que los que se impongan administren la victoria pensando en todos, no solo en los que han ganado", ha indicado. Y, aunque ha rechazado hablar de porcentajes, ha considerado que "gane quien gane, la diferencia debe ser significativa, porque si el 50% más uno no sirve para el sí, tampoco sirve para el no".
Culpa de los recortes a "Madrid"
En cuanto a la desafección política actual, Mas ha reconocido haber cometido errores "individuales", sin concretarlos, y ha señalado que "en política impera demasiado la visión partidista, incluso en cosas muy evidentes y elementales, y yo no estoy libre de culpa: en lugar de defender lo común a veces discutes por motivos partidistas intentando desgastar algo que es tan tuyo como del que gobierna, y sobre todo de la sociedad".
"El sesgo partidista acaba siendo agotador y negativo. Hemos cometido muchos errores. Errores comete todo el mundo, pero no podemos cometer tantos", ha añadido, pero ha rechazado las críticas generalizadas, "como si los políticos fueran una casta", por "las cargas de trabajo y la enorme complejidad" que implica gestionar lo público y la "muy dura exposición pública" que sufren los políticos.
"Cuando a alguien que no es del mundo de la política le dicen el 5% de las cosas que nos dicen a nosotros, le coge una depresión. Si se juzgase cualquier ámbito de la sociedad con el mismo filtro, muchas cosas se verían de forma diferente. Nuestros errores cuentan más porque son errores públicos que afectan a la colectividad y porque están en el escaparate público. No es una defensa corporativa. [...] Es muy fácil opinar de la política si no la has tenido que hacer", ha insistido.
En todo caso, el presidente autonómico ha vuelto a justificar los recortes aplicados en los últimos años porque "nosotros no decidimos el volumen de gasto que hacemos; Madrid nos impone de forma unilateral un déficit".