El consejero de Salud de la Generalidad, Boi Ruiz (CiU), ha defendido este miércoles en el pleno monográfico sobre pobreza celebrado en el Parlamento autonómico que las personas con pocos recursos económicos y con un nivel bajo de estudios no es que tengan peor salud, es que, por su condición, tienen "peor percepción" de su salud.
"Objetivamente, las clases más débiles son las que más frecuentan el sistema sanitario", ha razonado Ruiz, quien ha indicado que esta y no otra es la principal consecuencia de la relación que se establece entre pobreza y salud.
En la misma línea, si bien ha acabado reconociendo cierto impacto de la pobreza y la crisis en la salud de las clases "más débiles", ha estimado que la mayor parte de sus efectos tiene que ver en realidad con problemas de "salud mental y emocional". Para paliar lo anterior, según ha afirmado el consejero convergente, la Generalidad dispone de un programa de prevención de suicidios.
Protocolos contra la malnutrición
Ruiz ha eludido debatir sobre el nexo existente entre pobreza y malnutrición infantil, y se ha negado a dar explicaciones sobre el hecho de que, según la interpelación de varios diputados autonómicos, cada vez hay más madres con problemas alimentarios que no pueden amamantar a sus hijos.
Lo que sí ha reconocido el titular autonómico de Salud es que las personas con enfermedades tales como el VIH, la tuberculosis o trastornos mentales pueden tener limitado el acceso, como consecuencia de su pobreza, a ciertos recursos sanitarios y alimentarios.
En este caso, no obstante, también ha afirmado que el Gobierno autonómico "está garantizando el acceso de todos ellos a la medicación con ayudas" para sufragar el copago, y ha celebrado que su departamento tiene protocolos con los departamentos de Enseñanza y de Bienestar Social y Familia para combatir los problemas nutricionales de los menores.