El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha presentado este jueves una nueva "estructura de Estado", un nuevo modelo de administración tributaria con el que se pretende dar un "primer paso" hacia una eventual hacienda catalana en una hipotética Cataluña independiente.
'Tributos de Cataluña' es el nombre con el que la Generalidad ha rebautizado a la administración tributaria autonómica, rediseñada para la ocasión con un nuevo sistema de interconexión de 53 oficinas de recaudación -cuya cifra prevén incrementar a 152- que tiene la pretensión de ofrecer un servicio de ventana única.
Con este fin, en septiembre de 2012 se suscribió un convenio marco entre la Generalidad y las cuatro diputaciones autonómicas. Hoy se ha presentado, incluso, la nueva web del organismo, que conecta los portales informáticos de todas las oficinas virtuales que desarrollen funciones de aplicación de tributos en Cataluña. Sin embargo, la solemnidad con que, año y medio después, se presenta en sociedad este "nuevo" ente, no cubre el hecho de que, en realidad, la Generalidad tiene competencias muy limitadas para recaudar impuestos.
Requiere de otras "instituciones" vinculadas a ella
En efecto, y a pesar de que, según el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN), organismo rupturista que ha marcado el paso para la creación de esta "estructura de Estado", Cataluña podría recaudar con una hacienda propia hasta 100.000 millones de euros al año, lo cierto es que sus 1.399 empleados públicos -algunos de ellos muy generosamente retribuidos- sólo gestionarán alrededor de 2.000 millones de euros anuales en impuestos.
El CATN ha advertido además de que, en una hipotética Cataluña independiente, una Hacienda catalana no sería más que un primer paso, puesto que el órgano tributario requeriría de otras "instituciones" vinculadas a ella, tales como un Consejo Fiscal, un Instituto de Estudios Tributarios, una Dirección General Tributaria o una Junta de tributos para resolver conflictos.
En cualquier caso, este nuevo brindis al sol se justifica ahora indicando que dicha reforma ha de servir de instrumento para combatir el fraude fiscal con más eficacia. Y, sin embargo, se han reducido las actuaciones de "imposición y represión" y se potencia una conducta basada "en la confianza y la contribución".
El objetivo último: recaudar "todos los tributos"
Sin embargo, el propio Mas ha reconocido cuál es el objetivo final: "Estamos justo en mitad del camino, todavía nos quedan unas cuantas metas por delante, porque pretendemos crear la Hacienda propia de Cataluña completa, integral, para todos los tributos, moderna y puesta al día".
Según el líder nacionalista, este paso "no es un pulso contra el Estado, es una apuesta por una Catalunya mejor", porque "estamos en plena pulsión centralista, con leyes que erosionan gravemente nuestro autogobierno, y un control exhaustivo de nuestras finanzas, con dependencia del Estado. Esta combinación es letal desde el punto de vista del ejercicio de nuestro autogobierno, nos lo debemos sacar de encima porque no nos conviene".
Arropando al presidente de la Generalidad, el acto de este jueves ha contado también con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno autonómico, Joana Ortega; el consejero de la Presidencia, Francesc Homs; el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell; el director de la Agencia Tributaria de Cataluña, Lluís Franco; el presidente delegado de Hacienda, Recursos Internos y Nuevas Tecnologías de la Diputación de Barcelona, Carles Rossinyol, así como los presidentes de las cuatro diputaciones autonómicas.