El Gobierno autonómico critica la abstención de la CUP porque la considera "egoísta"

El Gobierno de la Generalitat, en manos de CiU y con el apoyo externo de ERC, ha lamentado amargamente la decisión de otro de los partidos que promueven el referéndum independentista, la CUP, de abstenerse en la votación de este jueves en el Parlament, de una propuesta promovida por estas tres mismas formaciones e ICV-EUiA para presentar al Congreso la petición para celebrar la consulta. El ejecutivo autonómico considera "egoísta" la opción elegida por la CUP.

En declaraciones a los medios en Lloret de Mar (Girona), donde ha inaugurado la nueva piscina de ancho olímpico de la localidad, el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno autonómico, Francesc Homs, ha valorado este miércoles la decisión de la formación cupaire como "muy egoísta", porque cree que "responde más a un interés particular que a la solidaridad de hacer cosas juntos, que es lo que le conviene al país".

El portavoz de la Generalitat ha admitido que, en relación al proyecto independentista "se trata que nadie deje de ser lo que es, que nadie deje de defender su punto de vista", y hay muchos, por suerte". Pero también ha añadido que, igualmente, "de vez en cuando tenemos que ser capaces, como país que somos, de ponernos de acuerdo",

Recuerda que ya se cerró un acuerdo en diciembre

A la vez, ha criticado también la decisión de la CUP porque, según ha explicado, las cuatro formaciones que defienden el referéndum ya cerraron un acuerdo en diciembre, y entiende que hay que "ser solidarios con lo que hemos acordado". En este sentido, ha explicado que la decisión de la CUP "nos ha sorprendido, porque esto se acordó conjuntamente".

La CUP anunció su decisión de abstenerse ayer martes con el argumento de que "no somos partidarios de ir a pedir nada a Madrid", en palabras del diputado cupaire Quim Arrufat. Este también razonó que su formación no votará contra la propuesta que se votará el jueves para "no obstaculizar" el hipotético referéndum independentista.

Además de este argumento, Arrufat añadió uno más táctico: que considera un "riesgo" presentar una proposición de ley en el Congreso para celebrar la consulta, porque "si el PP fuera inteligente, podría admitirla a trámite y después dilatar el proceso de debate y votación durante varios años".