La Guerra de Sucesión española del siglo XVIII fue en realidad una guerra de España contra Cataluña, como lo fue también -contra Cataluña- la Guerra Civil española del siglo XX. Esta es la idea central que se explica a los profesores que han de exponer los hechos de 1714 en las escuelas catalanas.
Así se explicó, al menos, el pasado 26 de octubre, en el mismo Palau de la Generalitat, en el marco de una jornada organizada por la Consejería de Enseñanza y solo dirigida a maestros y profesores de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria. El objetivo: "Suministrar instrumentos para que los profesores puedan trabajar de una manera más cómoda y fácil".
El encargado de explicar este contenido y proponer cómo transmitirlo a los alumnos -entre 3 y 17 años- fue Francesc Xavier Hernàndez Cardona, director del Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona (UB), investigador principal de Didpatri y director general de Investigación de la Generalitat entre 2003 y 2006 (durante el primer tripartito).
"En cierto modo, la Guerra de Sucesión todavía dura"
Hernàndez, durante su conferencia de poco más de 40 minutos, no dudó en mezclar el pasado con el presente y considerar que el reclamo secesionista por parte de unos partidos políticos en 2014 guarda relación con los hechos sucedidos en 1714. "En cierto modo, la Guerra de Sucesión todavía dura. [...] La Guerra Civil española no ha acabado", señaló.
Tras asegurar que "la gran aportación de Cataluña al mundo es básicamente la participación política, la protodemocracia", que, en su opinión, se "perdió" durante la Guerra de Sucesión del siglo XVIII, recordó a los presentes que el papel de "los educadores" es "fundamental" hoy en día ya que pueden proyectar el pasado hacia el futuro influyendo en los alumnos.
Así, instó a los maestros y profesores a que utilicen imágenes "impactantes" -aunque sean modificadas digitalmente, para quitarles un cierto aire de "romanticismo"- para que los niños "entiendan" qué sucedió en 1714 y les invitó a crear una "iconografía" específica.
De 1714 a la Via Catalana per la independència
Hernàndez indicó a los educadores que explicando hechos del presente se comprenderá mejor el pasado. Por ejemplo, la manifestación independentista del pasado 11 de septiembre:
"El imaginario de la Guerra de Sucesión forma parte de nuestro presente, [...] en la historia de Cataluña nunca hubo una manifestación de estas características [mientras enseña la imagen de la Via Catalana per la independència en el reproductor de fotografías], por lo tanto, es un hecho histórico".
Eso sí, para el catedrático de la UB, esta vinculación no significa que se esté adoctrinando a los alumnos:
"Hemos de trabajar la historia, sobre todo, desde el punto de vista científico y nunca, en cualquier caso, desde un punto de vista ideológico. [...] La historia no es, como dice el señor Wert [ministro de Educación, Cultura y Deporte], un relato, un cuento que nosotros utilizamos para adoctrinar a los niños".
Durante la charla, insistió en varios aspectos que considera fundamentales. Uno de ellos fue el de saber explicar cierto contenido didáctico a los niños:
"Trabajar sobre el tema de las constituciones y el sistema catalán político es importantísimo para que la gente entienda que el sistema en el que se basaba el Estado catalán [en el siglo XVIII], [era] un Estado imperfecto, pero Estado al fin y al cabo".
¿"Buenos" contra "malos"?
Y, así, con esta base, los niños podrán llegar a la conclusión de que en la batalla de 1714 había "buenos" y "malos":
"En la II Guerra Mundial, con todas las matizaciones que se quieran, hay consenso, a nivel de escala planetaria, y se sabe quiénes era los buenos y quiénes eran los malos. Y si alguien quiere discutirlo... puede que la delegada del Gobierno [en Cataluña] tenga alguna idea al respecto. [...] Y, al igual que en esta guerra mundial, también podemos hablar efectivamente de buenos y malos en esta otra guerra, que podríamos considerar mundial, como fue la Guerra de Sucesión".
Una consideración que Hernàndez concretó:
"¿Quiénes eran los buenos? La gente que estaba trabajando para la participación política, para la democracia, para la libertad de comercio, para lo que era, en aquel momento, el progreso: Holanda, Inglaterra... y Cataluña estuvo en el lado que tocaba, al lado de la gente que estaba trabajando por un mundo muy similar al que ahora tenemos. ¿Quiénes eran los malos? No quiero decir los borbones, porque alguien podría entenderlo de una manera sesgada, pero sí los que defendían la vía del absolutismo, la vía del autoritarismo, los que pensaban que el rey era el que tenía que dominar todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana... como Luis XIV, que aspiraba a laminar cualquier opción participativa. [...] Por lo tanto, en este conflicto [del siglo XVIII], también hubo opciones de progreso y opciones conservadoras, en contra del progreso de la humanidad; y en este caso los catalanes estuvieron en el bando en el que debían estar de manera congruente".
Así pues, la Guerra de Sucesión no se debe explicar, según una de las voces autorizadas por la Consejería de Enseñanza, como una guerra civil. No. Como tampoco hay que explicar que existió en Cataluña, como en el resto de España, una guerra civil entre 1936 y 1939:
"Al igual que se quiere presentar la guerra de 1936-1939 en Cataluña como una guerra civil, en el siglo XVIII toda Cataluña en bloque actuó contra Felipe V, pese a que hay una corriente historiográfica que defienda lo contrario. [...] Ciertamente, Felipe V tenía unidades catalanas que luchaban a su lado, igual que Franco tenía al Tercio de Montserrat, que eran catalanes, o en las películas del Oeste, en las que se ve a algunos sioux que acompañan a los que conquistan los territorios, pero no por esto se dice que hubo una guerra civil entre los sioux. [...] La resistencia de 1713 y 1714 fue en bloque, de país, y muy conscientes de ello".
Mantener viva "la memoria de este conflicto"
Desde ya, en la web de la Consejería de Enseñanza, se puede acceder al espacio virtual creado para alojar el material didáctico para que los maestros y los profesores lo utilicen en las aulas. Unas unidades explicativas que se irán ampliando a lo largo de este curso y que se basarán, en lo fundamental, en las explicaciones de Hernàndez.
El catedrático de la UB -que no dudó en criticar la religión y la monarquía- también recomendó a los maestros y los profesores que llevasen a cabo actividades arqueológicas y, "por descontado", que mantengan "la memoria de este conflicto, que se alarga hasta la celebración del 11 de septiembre actual".
En la jornada, organizada por la Consejería de Enseñanza, y a la que acudieron unos 200 educadores, también participaron, aunque no figuraba en el programa, Miquel Calçada, Mikimoto, comisario de los actos del Tricentenario organizados por la Generalitat; Agustí Alcoberro, director del Museo de Historia de Cataluña; Mònica Pereña, subdirectora general de Lengua y Plurilingüismo de la Generalitat; Miquel Albert, técnico del Área de Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento de la Consejería de Enseñanza; y Alba Espot, directora general de Educación Infantil y Primària de la Consejería de Enseñanza.