Amnistía Internacional (AI) publicó imágenes de satélite que demostrarían que el Gobierno de Corea del Norte está construyendo grandes campos de concentración para prisioneros políticos. La organización pro derechos humanos estima que uno de estos campos, Kwanliso 16, tiene una superficie de unos 560 kilómetros cuadrados, tres veces el tamaño, por ejemplo, de Washington D.C, la capital de EEUU.
La directora de investigaciones de AI para el Este Asiático explicó a la BBC que las imágenes fueron tomadas a lo largo de un año y muestran el desarrollo continuo de la "infraestructura de represión" en los campos de prisioneros políticos norcoreanos. "Se pueden ver en esas imágenes los cambios con la construcción de nuevos edificios de administración, nuevas viviendas", añadió Roseann Rife.
"Debían morir porque el secreto no podía quedar descubierto"
La alta funcionaria de la organización humanitaria indicó que las imágenes captadas (en mayo de 2013) también evidencian de actividad minera, maderera y agricultural. El informe de AI incluye inusuales testimonios de un ex guardia del campo y de un ex recluso sobre la brutalidad prevalente en el sistema de prisión norcoreano.
El ex guardia -que estuvo en uno de los campos desde los años 80 hasta mediados de los 90-, identificado solamente como Lee, describió a Amnistía Internacional los métodos de ejecución de prisioneros: "Después de una noche de prestar servicios a los guardias, las mujeres debían morir porque el secreto no podía quedar descubierto". Algo frecuente, confesó.
Lee reveló que los reclusos también eran obligados a cavar sus propias tumbas antes de ser ejecutados con golpes de martillos en el cuello. Aseguró haber visto a otros guardias estrangular a los detenidos o matarlos a golpes de palos. Los prisioneros están sometidos a trabajos forzados, comúnmente de entre 10 y 12 horas con mínimas raciones de alimentos y estrictos objetivos de producción.
El informe, en manos de la ONU
El reporte de AI -que analiza los campos 15 y 16, conocidos como Yodok y Kwansilo, respectivamente; y se titula North Korea: Continued Investment in the Infrastructure of Repression- señala que los campos de prisioneros en Corea del Norte constituyen una red que alberga hasta 200.000 presos políticos. Desde el país asiático -el más hermético del mundo respecto al exterior- se niega la existencia de estas instalaciones que vulneran los derechos humanos.
El informe ya está en manos de la Comisión de Investigación de la ONU, que se encarga de los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte. Según AI, en los campos de concentración conviven cientos de miles de personas, entre los que hay menores de edad. Muchas de estas personas no han cometido ningún delito; tan solo son familiares de otras consideradas culpables de graves delitos políticos. Su detención es una forma de castigo colectivo conocido como "culpabilidad por asociación".