La Vanguardia se mueve. Tras mucho tiempo contribuyendo al actual clima de tensión política generado desde el nacionalismo catalán -basta con recordar el editorial único que suscribió junto a otros once diarios catalanes subvencionados en noviembre de 2009 contra el Tribunal Constitucional; la agresiva campaña en defensa de un concierto económico para la Generalitat con el argumento de un supuesto maltrato hacia Cataluña; el llamamiento a manifestarse a favor de Artur Mas el día de reflexión de las pasadas elecciones autonómicas, tras la campaña más independentista de la historia de CiU; o los artículos incendiarios que sus responsables de la sección política, Jordi Barbeta y Enric Juliana, han venido publicando en los últimos meses-, parece que echa el freno.
En un editorial publicado este domingo con el título "¿Quién teme a los moderados?", el diario de referencia del Grupo Godó hace un llamamiento a la moderación y al diálogo entre el Gobierno y la Generalitat:
"Cuando la tensión parece imponerse como método y estado de ánimo, ha llegado la hora de reivindicar la moderación. Hacen falta moderados en este momento político, algunos de cuyos perfiles nos retrotraen al periodo 1976-80, cuando en España -y en especial en Cataluña- triunfó la alianza entre audacia y prudencia. O sea, el sentido de la realidad. Moderación significa voluntad de pacto; no debilidad, ni indeterminación. La moderación es más necesaria que nunca cuando las posturas son antagónicas. Ser beligerantes en favor de la moderación constituye, pues, un ejercicio de responsabilidad. Estamos dispuestos a defender la moderación incluso con vehemencia para que emerja en medio del diálogo de sordos al que, con preocupación, estamos asistiendo".
Asegura que "crecen" en toda España los partidarios de una reforma
El editorial considera que "se aproximan tiempos de ajuste y de cambios en el marco político-institucional" a causa, principalmente, del paso del tiempo y de la crisis económica, Y considera que Cataluña está "actuando como avanzada de los cambios necesarios".
Además, critica el "ruido" que actualmente se ha instalado en la política, que califica de "gratuito". "Por ello, hacen falta los moderados. Los partidarios del pacto y de los puentes. Y los moderados deberán alzar la voz, puesto que la moderación es una actitud positiva. La moderación debe afirmarse en Cataluña", añade, en un claro alejamiento de la estrategia que viene practicando CiU.
También asegura que "es alentador ver como crecen, en toda España, las opiniones y pronunciamientos favorables a la revisión y reforma del modelo de 1976-80". "La corriente de opinión favorable a las reformas va creciendo, aunque no todos sus actores digan lo mismo, ni abriguen los mismos objetivos. Y no hay duda de que Cataluña es el desencadenante de esta corriente", insiste.
Esas reformas, según la cabecera del Grupo Godó, se traducirían en "mecanismos de control objetivo de la solidaridad, federalismo asimétrico, reconocimiento de la singularidad de Cataluña, consulta catalana en el marco de la Constitución, revisión de la Constitución...".
Acusa al Gobierno de preferir "el choque" al "diálogo"
Sin embargo, La Vanguardia considera que "paradójicamente, mientras crecen las ideas reformistas, el Gobierno español parece estar hoy más interesado en el choque que en el diálogo; parece preferir el hermetismo a la apertura; parece que teme a la consolidación de una tercera vía catalana, dispuesta a una negociación real y efectiva".
Por ello, se pregunta: "¿Tiene miedo el Gobierno de España de los moderados catalanes?". Y responde asegurando que "la sociedad civil catalana es plural, también su empresariado, y se ha comportado siempre con sensatez" y que "el pacto hallará siempre fuertes apoyos en la sociedad civil catalana".
Así, advierte al Gobierno de que "no puede apelar a terceros para afrontar una cuestión sustantivamente política que se ha agravado como consecuencia de erróneas decisiones políticas y emocionales sobre las que en su día ya advertimos" y le insta a no "inhibirse de sus responsabilidades".
De igual forma, trasladada una pregunta similar al Ejecutivo autonómico: "¿Tiene miedo el Gobierno de la Generalitat de los moderados catalanes?".
Y alerta de que "si se confirmase un clima de renovada y sistemática hostilidad del centro político español hacia las posiciones moderadas, la deliberación del asunto catalán adquiriría la máxima urgencia en las instancias europeas".
Para concluir asegurando que "son muchos los catalanes, muchos más de los que pueda parecer, que insistirán y perseverarán en la vía de diálogo que en este momento parece levantar tantas reticencias. Señal inequívoca de que es la buena vía".