La Guerra de Iraq dejó alrededor de medio millón de muertos. Desde la mañana del 20 de marzo de 2003 hasta junio de 2011, según cálculos de Amy Hagopian, de la Universidad de Washington (EEUU), la guerra registró 405.000 muertos, a los que hay que sumar otros 56.000 fallecidos por los desplazamientos.
El estudio de Hagopian y su equipo de investigación, dado a conocer esta semana, señala que de los muertos en la Guerra de Iraq el 60% son directamente atribuibles a la violencia y el resto se derivan del colapso de las infraestructuras y otros problemas asociados a la guerra, como el desmantelamiento de la sanidad, la ausencia de salubridad y la pérdida de medios de transporte y comunicación, según recoge Materia.
El ratio de muertes en ese periodo de más de ocho años fue un 50% más alto que el que se dio los dos años previos a la invasión de EEUU. El pico más alto de mortalidad se produjo, según el estudio y recoge Javier Salas, en el periodo 2005-2006: en esos meses, morieron 766 personas a la semana por culpa del conflicto bélico (el 72,6% a causa directa de la violencia).
Realizado sobre el terreno
El estudio se realizó sobre el terreno para evitar los sesgos de cálculos previos. Así, las posibilidades de morir para una mujer crecieron un 70% y para los hombres se dispararon un 290% en los momentos más crudos de la guerra. El 35% de los fallecidos murieron por culpa de las fuerzas militares que dirigía EEUU, mientras que los rebeldes iraquíes provocaron el 32% de los decesos. Los disparos causaron la gran mayoría (63%) de las muertes violentas y los coches bomba mataron al 12% de los fallecidos.
Por otro lado, las enfermedades cardiovasculares fueron la causa principal de cerca de la mitad de las muertes no violentas. Según el estudio, estas muertes no violentas son "causadas porque todo el sistema de salud se enfocó a atender la crisis, por la interrupción de las redes de distribución de suministros esenciales y por el colapso de la infraestructura que mantiene el agua potable, la alimentación, el transporte, la gestión de residuos y la energía".
El fuerte del estudio es la metodología empleada por Hagopian y su equipo. "La mayor parte de los estudios previos se quedaron en 2006, como muy tarde, y sus resultados fueron más abultados, rondando algunos el millón de muertos. Hagopian y su equipo estuvieron recogiendo información sobre el terreno durante la primavera de 2011, eligiendo una muestra representativa de 2.000 hogares de todo el país para estudiar la incidencia de la mortalidad", informa Salas en la web de noticias de ciencia y salud.