Política

Nos quieren cambiar la bandera

26 septiembre, 2013 14:15

Toda la vida habíamos tenido la bandera de las cuatro barras como la propia de Cataluña. No entraré en detalles personales sobre lo que significó para mis padres y para mí durante los años negros de la dictadura, sentimiento que seguro que fue común a muchos catalanes. Ahora estamos viendo la cuatribarrada de siempre desplazada por una bandera con las barras catalanas coronadas por un triángulo azul con una estrella blanca de cinco puntas en el centro.

La bandera tradicional, símbolo secular de Cataluña, fue prohibida y perseguida por las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco. Restaurada la democracia, el Estatuto de Autonomía de 1979 restableció la oficialidad de la cuatribarrada como bandera de Cataluña, oficialidad confirmada por el Estatuto de 2006.

La estelada va unida a efímeros episodios insurreccionales que acabaron mal o muy mal

La estelada va unida a efímeros episodios insurreccionales que acabaron mal o muy mal: la proclamación de la República Catalana por Francesc Macià el 14 de abril de 1931 y la proclamación del Estat Català por el presidente de la Generalidad Lluís Companys el 6 de octubre de 1934.

El independentismo de antes y el de ahora han adoptado la estelada en sus diversas formas y colores del triángulo y de la estrella como su símbolo, con un predominio notable de la estelada del triángulo azul y la estrella blanca. Y, probablemente, pretenderían que fuera la oficial en un hipotético Estado catalán independiente.

La cuatribarrada une, y una gran mayoría de catalanes se sienten identificados en ella. Es la bandera histórica de Cataluña, la de las gestas militares, mercantiles y sociales, la de 1640, la de 1714, la de la resistencia antifranquista, la de 1976 y el clamor de volem l’Estatut.

No hay ninguna reivindicación nacional y social que no pueda cobijarse bajo esta bandera, que no despierta ninguna reserva entre los catalanes. Por el contrario, la bandera estelada no es compartida por todos los catalanes; los divide, y debilita su sentimiento de catalanidad cuando ven que se usa para simbolizar una causa final que muchos no comparten y que inquieta profundamente a muchos otros.

De momento, la estelada solo se está imponiendo en la calle. Para declararla oficial desde ahora habría que reformar el Estatuto de Autonomía.