Los socialistas catalanes han exhibido este domingo, en su anual Fiesta de la Rosa, unidad. A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el del PSC, Pere Navarro, han expuesto su propuesta de reforma constitucional federal, ante más de 20.000 militantes socialistas, porque en palabras del primer secretario del PSC "queremos seguir juntos pero mejor", o en palabras del secretario general del PSOE "porque compartimos un proyecto político para seguir viviendo juntos; fortalecer España fortaleciendo Cataluña".
El mal tiempo no ha hecho mella en el esfuerzo organizador de los socialistas catalanes, que llenaron la Pineda de Gavà (Barcelona) a pesar del mal tiempo. "Hoy tenemos que estar aquí porque se avecinan tiempos difíciles", comentaba un viejo militante. Después del paseo habitual y el baño de multitudes, Navarro y Rubalcaba se han esforzado en el escenario para dejar claro que "entre el inmovilismo temerario de Rajoy y el independentismo que fractura, los socialistas elegimos el cambio: la reforma federal", tal y como ha apostillado un Rubalcaba que parecía más cómodo con la ausencia de Carme Chacón en la fiesta del socialismo catalán.
Ambos dirigentes han aprovechado el encuentro para hacerse valer en el nuevo escenario político porque el diálogo hoy por hoy "va más allá del Gobierno o de los gobiernos", según Rubalcaba, que recogía el guante lanzado minutos antes por Navarro, al apuntar que "cuando los gobiernos no actúan la oposición debe tomar las riendas en Madrid y en Cataluña".
Navarro: "Nunca un pueblo entero debe morir por un hombre"
El primer secretario del PSC ha pasado de puntillas por el caballo de batalla de los socialistas: "La consulta legal y pactada". Una única referencia. No era el día de hablar de discrepancias sino de poner en valor las coincidencias.
Navarro ha hecho hincapié en "las mentiras de la derecha", que "no hablan para solucionar los problemas" pero siempre "se ponen de acuerdo en los recortes; en eso, nunca se equivocan, siempre recortan a los mismos y a lo mismo".
Navarro ha contrastado el "modelo cerrado de CiU" con el "modelo abierto de una Cataluña que lidera España y Europa". Y ha finalizado su intervención citando a Espriu: "A veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca un pueblo entero debe morir por un hombre: acuérdate de esto siempre, Sefarad". Todo un recado a Artur Mas.
Rubalcaba: "El inmovilismo no es la solución"
El secretario general del PSOE ha querido ser muy explícito en su intervención. Primero ha elogiado a Navarro para cerrar viejas cuitas. "Me fío de Pere porque tiene palabra, principios y valores", ha señalado. Y luego ha pasado a hacer una cerrada defensa de sus postulados: "El federalismo es un proyecto para seguir viviendo juntos".
Rubalcaba no ha tenido pelos en la lengua para afirmar que padecemos "una crisis territorial en toda regla" porque Rajoy y Mas han creado en un año "un foro de incomprensión, distanciamiento y tensión". Para el dirigente socialista "hay problemas de convivencia, no sencillos, de fondo; hace falta una revisión profunda, cambiar las normas, cambiar la Constitución para garantizar la convivencia". Y ha concluido: "Ni independencia ni centralismo".
Rubalcaba ha defendido su propuesta federal porque "los socialistas no somos ni nacionalistas ni independentistas; somos demócratas y no queremos fracturas", y ha acusado al presidente del Gobierno de no "tener agenda para Cataluña" porque "Cataluña no estaba en su agenda".
El secretario general del PSOE ha hecho un canto a la solución federal porque "es respeto a las identidades, claridad competencial, igualdad, solidaridad, cooperación y lealtad", para espetar a Rajoy que "el inmovilismo no es la solución" y a Mas que "avanza hacía un callejón sin salida", concluyendo que "si Rajoy y Mas quieren liberarse de los extremos que acudan a los socialistas de España y Cataluña porque nosotros queremos seguir viviendo juntos". Acabado el acto político, ha empezado a chispear. Otro año más, los huevos donados a las monjas Clarisas de Sarriá han hecho su función y la lluvia no ha estropeado la fiesta.