A diferencia de la cadena humana independentista que tendrá lugar a partir de las cinco de la tarde, el acto institucional de la Diada organizado por el Gobierno y el Parlamento autonómicos se ha mantenido en las coordenadas más tradicionales del 11 de septiembre, y los discursos se han centrado en la lengua, la historia y la cultura, evitando cualquier referencia al proceso independentista. Pero este tono se ha mantenido sólo el tiempo que ha durado el acto, ni un minuto más.
Inmediatamente después de que este finalizara, y en declaraciones a los medios, el presidente de la Generalidad, Artur Mas, se ha vuelto a dirigir al Gobierno, para volver a reclamarle que posibilite un referéndum independentista.
Mas ha explicado que la cadena humana avala el mensaje de que Cataluña quiere celebrar una consulta, y ha advertido al Gobierno de que, si no plantea un camino para hacer posible esta reivindicación, tendrá un "problema grave de relación con Cataluña". Igualmente, ha precisado que la Via Catalana "reconfirmará el mensaje", pero que este "está más que enviado".
Vuelve a hacer una comparación con Luther King
Mas también ha querido hacer hincapié en la atención internacional a la jornada, que él ha asegurado que es intensa. Ha explicado que, antes del acto, se ha entrevistado durante una hora con corresponsales y enviados especiales extranjeros, y que en muchos países están mirando Cataluña "con lupa". En este sentido, y en alusión a la cadena humana, ha pedido "civismo y democracia" a los ciudadanos. Finalmente, ha vuelto a hacer una comparación con la marcha por los derechos de los afroamericanos de 1963 en Washington (EEUU) promovida por Martin Luther King, y ha asegurado que la Via Catalana superará de largo aquella manifestación histórica, que movilizó a unas 200.000 personas, según ha dicho.
En una línea parecida se había manifestado previamente el gran aliado de Mas, el presidente de ERC, Oriol Junqueras. En el acto institucional de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), de dónde es alcalde, el dirigente independentista ha interpretado que la Via Catalana es "una forma de demostrar al mundo nuestra voluntad de seguir existiendo como país [por Cataluña]".
El acto, celebrado en el Parque de la Ciudadela de Barcelona, y encabezado por el propio Mas y por la presidenta del Parlamento autonómico, Núria de Gispert, ha empezado -con 30 minutos de retraso, debido a la lluvia- con la tradicional izada de la señera a cargo de los Mossos d'Esquadra. Y se ha caracterizado por la abundancia de referencias al poeta Salvador Espriu, en el centenario de su nacimiento.
Ausencias y presencias
Más allá de Espriu, no ha habido grandes cambios respecto a otros años. La novedad, de hecho, hay que buscarla en las ausencias: el PP catalán, por primera vez desde que existe esta celebración, no ha estado presente como partido. En esta ocasión, la formación que lidera Alicia Sánchez-Camacho ha decidido hacer una celebración por separado, en la Plaza del Rey de Barcelona, en discrepancia con el hecho que Mas "haya convertido la Diada en el escaparate mundial del independentismo".
A pesar de que el PP no ha enviado ninguna representación al acto, sí que han estado presentes los dirigentes del partido con responsabilidades institucionales: la delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna, y el representante popular en la mesa del Parlamento autonómico, el secretario segundo, Pere Calbó. Este último también ha participado antes en la ofrenda de la Cámara autonómica al monumento de Rafael Casanova.
Tampoco ha participado en el acto -aunque no es ninguna novedad, puesto que no lo ha hecho nunca- Ciudadanos. El partido de Albert Rivera ha optado para reunirse en la playa de la Barceloneta, donde ha lanzado 2.000 globos de color naranja "contra las cadenas". En cuanto a las presencias, destacar la asistencia de los líderes parlamentarios de CiU (Jordi Turull), PSC (Pere Navarro), ERC (Oriol Junqueras) e ICV-EUiA (Joan Herrera).
Aniversarios para todos los gustos: Espriu, Muret, Bernat Metge y Carmen Amaya
El acto en sí, conducido por la actriz Mercè Pons, ha tenido como uno de los momentos destacados la intervención del presidente de la sección filológica del Instituto de Estudios Catalanes, Isidor Marí, con motivo del centenario de la promulgación de sus normas ortográficas. También recordando un centenario, y en el marco del Año Espriu, los actores Àlex Casanovas, Clara Segura, Eduard Farelo, Mercè Martínez, Jordi Boixaderas y Carme Elias han recitado fragmentos de textos del autor. Incluyendo uno que no falla nunca en este tipo de ocasiones en las últimas décadas: su célebre Ensayo de cántico en el templo.
Y todavía se han recordado otras efemérides: los 800 años de la batalla de Muret -el 12 de septiembre de 1213, en qué murió el rey de Aragón, Pedro el Católico, y puso punto final a la política expansionista catalana en Occitania-, los 600 años de la muerte del escritor humanista Bernat Metge, y los 50 años de unas osadas -y pioneras- declaraciones del entonces abad de Montserrat, Aureli Escarré, al diario francés Le Monde, criticando el régimen franquista.
El acto también ha contado con otro clásico: un toque de flamenco, este año, a cargo de la bailaora Karina Amaya, nieta de la mítica Carmen Amaya, en el 50 aniversario de su muerte.
Ya en las postrimerías del acto, ha habido unas -muy aplaudidas- palabras de recuerdo para los dos 11 de septiembre más conocidos a nivel internacional: las conmemoraciones del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, hace doce años, y del golpe de Estado que llevó a Pinochet al poder en Chile, hace 40 años.