Los últimos movimientos de Artur Mas y Mariano Rajoy han caído como una bomba en el sector independentista. Los dos presidentes han iniciado un nuevo camino con el que se trata de evitar un choque de trenes y lo han escenificado. Si hace unos días, el presidente autonómico perfilaba una nueva hoja de ruta en la que no habría consulta sino estaba pactada con el Estado y retrasaba hasta 2016 unas elecciones plebiscitarias, hoy ha hablado Rajoy por boca del Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
José Manuel García-Margallo (PP) ha expuesto la hoja de ruta del Gobierno. Cierra el camino a una consulta secesionista y se abre a negociar una fórmula que mejore el encaje de Cataluña con España en materias como infraestructuras, lengua, cultura y financiación.
El ministro no ha entrado en dilucidar si en las conversaciones se plantea una consulta en la que se puedan refrendar estas cuestiones. Rápidamente, el consejero y portavoz de la Generalidad, Francesc Homs (CiU), ha contestado que lo que es incuestionable es que el acuerdo ha de contemplar una consulta a los ciudadanos.
Una traición
Sin embargo, los sectores independentistas consideran todos estos movimientos una traición. De hecho, los consejeros que asistan a la cadena humana organizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) son conscientes que serán increpados por aquellos que tienen prisas adolescentes por alcanzar la independencia, en palabras del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila (CiU).
ERC sigue exigiendo una consulta en 2014 en la que la pregunta sea inequívocamente sobre la independencia, al igual que la ANC, la CUP y otros grupúsculos más radicales. Al menos hasta pasado el próximo día 11. Los independentistas de Oriol Junqueras seguirán presionando y tienen en la presentación de los presupuestos la piedra de toque.
En este sentido, no es baladí que hoy el Gobierno autonómico haya aprobado tres impuestos medioambientales contemplados en el pacto con ERC. Todo un guiño a los independentistas.
"Nos ven como botiflers"
Fuentes del Gobierno autonómico, consultadas por CRÓNICA GLOBAL, han constatado su inquietud por la reacción de estos sectores en la cadena humana de la Diada ante la presencia de los consejeros. Algunos asumen que serán increpados "porque nos ven como botiflers", pero también asumen el golpe de timón de Mas: "El presidente [autonómico] debe dirigir el proceso y este debe tener garantías. No podemos fracasar. Si nos silban aguantaremos".
El Gobierno autonómico destinará más de 2.400 mossos a la seguridad de la cadena humana. Sin duda, se reforzará la seguridad de los miembros de la Generalidad para evitar acosos como el que recibió en su día el presidente autonómico José Montilla (PSC) en la manifestación contra la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía, el año 2010.