“Nuestro Estado es un Estado de las autonomías. Las autonomías, probablemente, lo que han hecho sobre todo es una tarea magnífica de descentralización, digamos, una tarea centrífuga. Ahora lo que hace falta es una tarea centrípeta. Es decir, el federalismo es eso: buscar los mecanismos de cooperación. Una vez reconocido que cada uno es cada uno, que cada autonomía tiene su diferencia, su historia, etc., lo que hemos de articular ahora en el federalismo es la cooperación entre todas las comunidades. Eso es el federalismo. Y ese es el camino que, de alguna manera, ya está diseñado en nuestra Constitución. Lo que se ha de hacer es culminar ese camino. [...] Tal vez mucha gente, el problema es que entiende por federalismo una cosa que no es el federalismo. Es decir, en vez de pensar que es cooperación, le da miedo --por lo que le han dicho-- que el federalismo es la exasperación de la descentralización. Hay gente que piensa, con buena fe pero con ignorancia, que el federalismo es el paso previo a la independencia y es absolutamente lo contrario”.

Es probable que muchos se sorprendan al saber quién es el autor de estas declaraciones. No se trata de ningún casposo ultraderechista, tampoco es ningún facha fanático, ni ningún trasnochado franquista. No. Quien se posiciona de esta forma es el presidente del Senado, Manuel Cruz, uno de los más reputados federalistas de nuestro país. Y lo hace al ser preguntado por “qué propuesta tiene el PSOE-PSC para solucionar el problema político en Cataluña”.

Al contrario de lo que algunos (erróneamente) autodenominados federalistas defienden, federalismo no es sinónimo de descentralización sin más. Como dice Cruz, tras la “tarea centrífuga” de las últimas décadas, ahora toca reforzar los “mecanismos de cooperación” y centrarse en “una tarea centrípeta”, es decir, según la Real Academia Española (RAE), una acción “que se mueve hacia el centro o atrae hacia él”.

Este planteamiento choca frontalmente con la “asimetría” que ciertos nacionalistas disfrazados de federalistas propugnan como modelo de Estado para este país y, en cambio, entronca con enfoques como el que sugiere el vicepresidente de Foro España, Mariano Gomà, cuando apuesta por “reforzar nuestra identidad nacional [española] dentro de las diversidades de las comunidades autónomas” (CCAA).

Es también una formulación que está muy en sintonía con lo que --según recogen las encuestas del CIS de forma sostenida en el tiempo-- apoya la mayoría de los ciudadanos españoles. Esto es, mantener “un Estado con CCAA como en la actualidad”, seguido por aquellos que prefieren reducir el actual grado de descentralización del país.

Hasta ahora, este tipo de enfoques sobre armonización territorial solían asociarse a la derecha. Que miembros destacados de la izquierda empiecen a asumirlos públicamente sin complejos es, sin duda, una noticia muy positiva para nuestro país.