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Ignasi Jorro, director de Crónica Global, opina sobre la falta de viviendas

Ignasi Jorro, director de Crónica Global, opina sobre la falta de viviendas Fotomontaje CG

Zona Franca

10.000 viviendas al año

"La vivienda ya no es un problema social de primer orden, sino que constituye un factor que insufla pánico a las ya muy maltrechas clases medias españolas"

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El dato no es menor: faltan 10.000 viviendas al año. La cifra la dieron ayer dos fuentes tan solventes como la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Associació de Promotors de Catalunya (APCE), que alertaron de que, o la región construye más, o el mercado de la vivienda seguirá tensionado.

En paralelo, según el policy brief de la Cátedra APCE-UPF Vivienda y Futuro, el presupuesto público dedicado a construir hogares protegidos para la ciudadanía es insuficiente. Ante ello, se antoja una solución: acompasar los esfuerzos públicos y privados para aligerar la carga extra que sufre el mercado.

La fórmula no es nueva, pero sí parecerá novedosa a algunos que abogan por viejas recetas populistas de fallida factura. A tenor de la crisis habitacional actual, lo público y lo privado, y si es en coordinación y sintonía mejor, deben activar de una vez por todas la máquina de construir. Y deben hacerlo al alimón.

Debe ser así para dar salida a la demanda poblacional. No en vano, la misma Cátedra alerta de que el ritmo de construcción de viviendas ha pasado de 40.000 anuales hasta 2000 a menos de 10.000 en los últimos 25 años. Por contra, la población no ha descendido, sino que ha crecido.

La vivienda ya no es un problema social de primer orden, sino que constituye un factor que insufla pánico a las ya muy maltrechas clases medias españolas. Lo cuentan nuestros compañeros de El Español hoy: la firma de hipotecas en España se ha disparado ante el temor a quedarse sin un techo.

Los síntomas de escasez son evidentes. Y se pueden seguir lanzando culpas cruzadas, pero si dicen los expertos que la solución al problema de la vivienda es multifactorial, el estímulo a la construcción debe ser una de esas líneas de intervención principales.

Hay que cortar de raíz algunas prácticas que, más que encarnar la picaresca, son directamente un fraude de ley, sí. Pero sobre todo, el sector público debe ponerse manos a la obra y empezar a construir. En este sentido, el Govern parece haber entendido la fotografía y está actuando en consecuencia. Hoy, dará más detalles sobre la hoja de ruta para ampliar el parque residencial.

Habrá que hacer más, como concitar la confianza y el concurso cómplice del sector privado, algo que hasta ahora no siempre ha ocurrido en Cataluña. Porque sin la capacidad operativa de promotores y constructores, no cubriremos el citado gap de las 10.000 unidades. Veamos si somos capaces de hacerlo.