El grupo Hipra figura entre los cinco mayores fabricantes de vacunas del mundo para animales. Su cuartel general se ubica en la localidad gerundense de Amer, de 2.400 habitantes. El presidente ejecutivo, David Nogareda, goza de la amistad personal de Carles Puigdemont, fugado en Waterloo, quien es oriundo de la mentada población.

Los gestores de Hipra, pese a su condición de gigante empresarial, tenían por costumbre publicar en el Registro Mercantil unos balances repletos de omisiones sobre diversos pormenores económicos. Argüían el peregrino pretexto de que la divulgación podría acarrearles graves perjuicios pecuniarios.

Por ejemplo, se abstenían de facilitar los datos más elementales de sus 40 filiales, desperdigadas por el ancho orbe.

Tampoco daban la distribución del giro por categorías y mercados geográficos. Además, escaqueaban el desglose de las compras y las retribuciones de los consejeros. Para rematar la faena, la opacidad se extendía a mantener en la penumbra la razón social de las compañías instrumentales que son accionistas de la hólding.

Tales ocultaciones merecieron año tras otro el reproche del auditor, que estampaba la inevitable “salvedad”, ahora llamada “fundamento de la opinión modificada”.

Pero los tiempos cambian. No es de recibo que una entidad como Hipra, que recibe cuantiosas subvenciones de España y de la Unión Europea, escamotee en sus cuentas unas informaciones que sus competidores y todo bicho viviente sí ofrecen.

Así que, por fin, ha rectificado y los estados financieros de 2024 ya brindan todos los datos que antes camuflaban. Por vez primera en los anales corporativos, el informe de auditoría luce limpio como una patena.

Hipra es una multinacional con presencia en 100 países. El pasado ejercicio su facturación menguó ligeramente y se situó en 440 millones. El mercado doméstico es meramente testimonial y sólo aporta 12 millones.

El beneficio neto cayó de 51 a 32 millones, tras dotar los fondos de amortización con casi 50 millones.

Los hermanos David, Mar, Arnau y Milena Nogareda, dueños de la casa, se asignaron un dividendo de 11,9 millones, la misma cantidad que el año anterior. En el último lustro se han embolsado por esa directa y expeditiva vía la bonita suma de 55 millones.

El consejo de administración lo componen el presidente David, la vicepresidenta Mar y los vocales Arnau, además de Alfredo Bru Tabernero, Carlos Montañés Estupiñá y Richard Rechter Leib. Este órgano de gobierno devengó una retribución de tres millones, con baja del 9%.

Tras los repartos de resultados realizados, Hipra escritura un copioso patrimonio de 436 millones, que le coloca entre las instituciones más capitalizadas de Girona.

En su haber se apunta un par de logros sustanciosos. Uno, que tras medio siglo de actividades, se ha consolidado como la quinta elaboradora mundial de vacunas para animales. Y otro, que en el último decenio ha lanzado a la circulación una veintena de artículos biotecnológicos. Ninguna otra firma del ramo alcanza una cifra similar.

La capacidad industrial e innovadora está representada por seis centros de producción, tres de investigación y once de diagnóstico, sitos en España y Brasil. El conjunto de los establecimientos alberga un inmovilizado material de 550 millones. La plantilla total comprende 2.600 colaboradores.

Hipra es catalana por entero, pero sus orígenes son de un claro cuño madrileño. Se constituyó en la capital del Reino como pequeño laboratorio cuya denominación, Hipra, compendiaba los apellidos de sus fundadores Hidalgo y Prada. En 1971, pasó a manos de la saga Nogareda. De inmediato, trasladó la sede a Amer y se centró en el campo veterinario, en particular para surtir de vacunas a la extensa red de granjas de engorde de porcino y vacuno existente en Cataluña.

Al arrancar el presente milenio, la estirpe Nogareda tomó otra decisión trascendental. Propinó un enérgico impulso a las exportaciones y se proyectó por todo el mundo.

En 2023, Hipra logró un hito descollante más. La Agencia Europea de Medicamentos dio el visto bueno a su preparado inmunológico contra el coronavirus. Devino así la primera compañía española que lo consigue. Las expectativas iniciales eran muy positivas, pero el desarrollo de las ventas no ha colmado ni de lejos las aspiraciones de los administradores.