Este 1 de julio se han cumplido diez años desde que se inició una nueva etapa en Crónica Global. No fue una simple reactivación, sino el nacimiento de un proyecto que rompía con muchas de las inercias del panorama mediático catalán y español. Un grupo reducido, pero decidido, de periodistas apostó en aquel verano de 2015 por levantar un medio distinto, con una visión clara y un rumbo propio.
Desde el principio, nos propusimos contribuir a una información más plural, libre de tutelas políticas o económicas, y con una mirada que rompiera los círculos cerrados de opinión que dominaban buena parte del ecosistema informativo catalán. El dogma secesionista avanzaba con intensidad, y el mero hecho de describirlo bastaba para ser tildado de retrógrado, casposo o cavernario. No nos amedrentamos ante los guardianes de las esencias identitarias.
Fuimos de los primeros en plantar cara a un sistema de comunicación moldeado por el nacionalismo durante décadas, que no admitía nuevos jugadores. (De hecho, en breve estará disponible el libro Sin permiso, que editamos con motivo de este aniversario y contiene una selección de un centenar de artículos de diferentes autores que avalan estas afirmaciones). Desde el primer momento apostamos por una mirada catalana —sí—, pero abierta al mundo, crítica, no endogámica ni aislacionista. Esa vocación global, que llevamos incluso en el nombre, ha sido una de nuestras principales contribuciones al mapa informativo catalán en estos diez años.
En este tiempo hemos atravesado etapas tan intensas como desafiantes: crisis políticas, la fase final de una crisis económica aún marcada por la inestabilidad, tensiones sociales, transformaciones tecnológicas aceleradas y todo tipo de presiones —más o menos explícitas— que nunca lograron desviar nuestra línea editorial. En cada uno de esos momentos, Crónica Global eligió narrar los hechos con frescura y con rigor, sin plegarse a consignas ni relatos impuestos.
Este aniversario es también la ocasión para reivindicar el trabajo colectivo. Este medio no sería lo que es ni estaría donde está sin el equipo humano que lo impulsa cada día: periodistas comprometidos y exigentes, profesionales de la tecnología, del diseño, de la gestión y de la comercialización que han creído en el proyecto incluso en los momentos más inciertos. A todos ellos —los que hoy siguen y los que estuvieron en otros momentos— les debemos poder hablar de una década de periodismo con sentido y propósito.
Crónica Global forma parte hoy del Grupo de Medios Global, una iniciativa editorial más amplia que comparte nuestros principios fundacionales: independencia, análisis, vocación democrática y una defensa firme del pluralismo. Diez años después, seguimos convencidos de que hay espacio —y necesidad— para un periodismo que no se deja arrastrar por la corriente ni por los intereses de turno.
Miramos atrás con gratitud hacia nuestros lectores y anunciantes, que han sostenido el proyecto empresarial, y miramos hacia adelante con la determinación de afrontar los nuevos retos que impone el tiempo y la evolución del oficio. Los próximos diez años no serán menos exigentes, pero estamos preparados —¡y plena y felizmente dispuestos!— a seguir cumpliendo con lo que siempre ha sido nuestra razón de ser: informar con libertad.