El refranero español está repleto de alusiones a las precipitaciones atmosféricas, de todo tipo: nunca llueve a gusto de todos; en abril, aguas mil; como agua de mayo

Pero, pese a la sabiduría que rezuma esta colección de refranes, todavía se puede ampliar. Y aquí va una propuesta: llueve distinto en función del Govern.

Este fin de semana pasado fue el más lluvioso de los últimos años. En 72 horas, los embalses de las cuencas internas crecieron 10 puntos, hasta el 41% de su capacidad.

Sin embargo, el Govern, prudente en un asunto tan sensible como es el del agua, ha decidido que aún no es momento de levantar todas las restricciones al consumo.

El ciclo de sequía ha terminado. Vendrán otros. Ahora son tiempos de lluvias, que seguirán en abril, aunque desde la Generalitat apuestan por la cautela.

No quieren los gobernantes ningún contratiempo en materia de sequía. Pero no hay que olvidar que este Govern, estando en la oposición, apremiaba a levantar restricciones.

Es cierto que eran otros momentos. Que Cataluña atravesaba la peor etapa de la sequía. Y que las restricciones eran mucho mayores. Pero no deja de ser paradójico.

También es verdad que el abastecimiento de agua era una de las prioridades del equipo de Salvador Illa, y por ello se están realizando muchas inversiones y trabajos el respecto.

Queda claro, de todos modos, que el cielo le está echando una mano al Govern en este asunto. Como que la sequía no es la misma cuando se gobierna y cuando no.