¿Regaló el Puerto de Barcelona jamón de bellota a los estibadores? La Autoridad Portuaria (APB) que preside José Alberto Carbonell se gastó 100.000 euros en lotes de Navidad con el suculento alimento procedente del cerdo ibérico las pasadas fechas señaladas. Hace un mes y medio. 

Los compró a Grup Llobet, y la adquisición no merecería comentario alguno en una gran empresa que factura 200 millones de euros. Es normal que se premie a cualquier plantilla por su desempeño anual si las cosas marchan bien. Un detalle, en cualquier comunidad humana, y más en las fiestas cristianas por antonomasia, es lo más natural y hasta saludable

Dicho lo cual, ¿cuántos de estos lotes terminaron en manos de estibadores? Porque el Puerto admitió que los obsequios eran también para el personal de Estibarna, la empresa externa que gestiona el personal que opera las grúas portuarias, pese a que es una sociedad distinta. 

La cosa chirría, ya que, como diría aquel, el momento es, cuando menos, curioso. El Puerto de Barcelona tiene el derecho a premiar a quien le plazca si hace buenos números. Siempre que se haga con criterios racionalidad en el manejo del dinero público, claro está, pues la APB es un organismo dependiente de Puertos del Estado.

Pero convendrán conmigo que podría sorprender que una minoría criminal de estibadores esté colaborando sistemáticamente con varios grupos criminales -lo repite machaconamente la Fiscalía, alertando del coladero de droga en el que se ha convertido el Puerto- y, al llegar la Navidad, la presidencia les premie a todos con lotes de Navidad con jamón a 400 euros la unidad. 

Ya no porque sea personal de otra empresa distinta a la APB -que también; ¿se regaló jamón a los trabajadores de los concesionarios? ¿A cuáles? ¿Por qué no los sufridos pintores de barcos, operarios del Muelle de Explosivos o los monitores de paddleboarding?-, sino porque veníamos de la ejecución delincuencial a balazos de uno de ellos -aunque jubilado para dedicarse full time a la droga, oficio más lucrativo si cabe- un mes y medio antes. 

Desde tierra firme, podría parecer que en el Puerto de Barcelona hay clases y clases de trabajadores. Que, por ejemplo, la sufrida Policía Portuaria se las ve y desea para lograr condiciones dignas de trabajo, pero otros colectivos son los mimados de la cúpula. 

Repito: no es noticia en absoluto que una gran empresa tenga detalles para con su personal, sobre todo si le va bien. Sí lo es si esta plantilla es externa -¿por qué no se pagó Estibarna, que factura cerca de 20 kilos, sus propios lotes?- y, además, si esta plantilla externa está carcomida, o amenazada, por una minoría criminal que ora se ve envuelta en una ejecución a balazos en la calle, ora en un caso judicial por colocarle presuntamente droga en el coche a un compañero -otro estibador- díscolo que no aceptaba las reglas del negocio

Ya que es más que evidente que José Alberto Carbonell no tiene ni la más mínima intención de abrir el melón de los estibadores y poner orden en el Puerto pese a las constantes advertencias de Fiscalía y cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (FCSE), con escándalos que en algún caso está salpicando a los portavoces del colectivo, díganos, presidente: ¿les regaló usted a los estibadores jamón de bellota pagado por todos los ciudadanos por Navidad?