La consejera de Interior y Seguridad Pública de la Generalitat de Cataluña, Núria Parlon, asistió este lunes a la celebración de la Pascua Militar en Barcelona.

Había pasado una década desde que un representante del Ejecutivo autonómico acudiera a esta ceremonia, es decir, más o menos, desde la etapa más intensa del procés.

Y todos lo hemos interpretado como una muestra más de la normalización en Cataluña. De la pacificación en las relaciones entre el Govern y la Administración General del Estado. Y, probablemente, no nos equivocamos.

Sin embargo, que Parlon haya acudido a un acto militar como representante de la Generalitat no debería hacernos olvidar su pasado reciente.

La actual máxima responsable de los Mossos, en los primeros años del procés, fue una de las dirigentes socialistas que más daño infligió a su propio partido y a la convivencia en Cataluña.

En aquella época, Parlon fue una de las caras más visibles dentro del PSC en defensa del “derecho a decidir”, es decir, de la celebración de un referéndum independentista en Cataluña, como pretendían los partidos secesionistas el 1-O.

De hecho, hasta Carles Puigdemont en 2016 (entonces presidente de la Generalitat), durante una visita al Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet (que Parlon presidió entre 2009 y 2024), le dedicó un significativo: “Te necesitamos, alcaldesa”.

Cómo estaría la cosa que, meses después, en las primarias para liderar el PSC, Miquel Iceta -contrincante de Parlon- parecía un españolazo a su lado.

La hoy consejera de Interior en el Govern de Salvador Illa, en octubre de 2017, encabezó un frente de alcaldes con el objetivo de presionar al PSOE para que no apoyara la aprobación del 155 tras el golpe al Estado del 1-O. Al no conseguirlo, dimitió de la ejecutiva del PSOE.

Parlon participó amablemente en actos de Òmnium Cultural (una de las entidades independentistas más radicales), cargó contra dictámenes del Tribunal Constitucional (TC) que trataban de evitar la ruptura del país, apoyó textos a favor de la excarcelación de los presos detenidos o condenados por el procés, e incluso visitó a alguno de ellos en el presidio.

Bien está que la consejera Parlon guarde las formas, como bien está que adopte posiciones más civilizadas pero, por favor, que no nos la vendan como si fuera una exquisita constitucionalista, porque su currículum indica que es tan nacionalista como Puigdemont o Junqueras.