Los números no dan. Ningún sondeo sitúa a Carles Puigdemont como ganador el próximo domingo. En el mejor de los escenarios, alguna encuesta le otorga hasta 37 diputados, insuficientes en cualquier caso para adelantar a un Salvador Illa (PSC) que sigue en cabeza de todas las apuestas, con alrededor de 40 escaños, si no más. Lo veremos en breve.
La situación no es ni mucho menos la esperada por un Puigdemont que, hace unas semanas, renunció a Europa con el objetivo de regresar a Cataluña como presidente. Lo único cierto hasta la fecha es que el hombre del maletero lo tiene todo a favor para barrer a Pere Aragonès (ERC) y volver a situar a su partido como referencia del independentismo.
Puigdemont sabe que tiene en su mano poner o quitar al presidente de España, que la amnistía a cambio de sus siete votos es solo el aperitivo, y que va a chantajear todo lo que pueda al presidente que se iba, pero no. Pero, aunque están conectadas, Madrid no es Cataluña. Y la pregunta es si al prófugo le queda algún as en la manga antes del 12M.
En las últimas horas, Puigdemont ha apelado a los abstencionistas para que vayan a votarle el domingo; también a los independentistas en general. Necesita muchos votos para obrar su particular milagro. Pero parece que ni así tiene opciones. Por eso, se rumorea que un sector de Junts le ha pedido que entre en Cataluña antes del domingo. Para agitarlo todo.
Estas brillantes mentes consideran que una eventual detención de su candidato en la frontera antes de ir a votar sería el revulsivo, el impulso que necesitan para frenar a un Illa que se ve ganador y que está dispuesto a pactar con Puigdemont. Incluso el prófugo fantasea, otra vez, con su regreso y arresto, aunque lo deja para el debate de investidura, y tampoco está muy convencido de ello.
De forma oficial, en Junts se hacen los suecos (será por lo de Waterloo) y explican que no están ahora para jugadas maestras, aunque las conjeturas ganan fuerza a medida que se acercan las elecciones y los sondeos siguen sin ser favorables. Sea como sea, el acto final de campaña estaba previsto en Jardinets de Gràcia, pero será finalmente en Elna.