El anteproyecto de cuentas públicas para 2017 que presentó ayer el vicepresidente económico del Gobierno de la Generalitat, Oriol Junqueras, tiene escasa probabilidad de convertirse en una realidad. Ni el tono didáctico y pedagógico que utilizó el máximo responsable de las finanzas de la administración catalana serán suficiente en esta ocasión para que los Presupuestos de 2017 lleguemos a verlos.
No serán supuestos porque pueden ser impugnados por el Gobierno central al contener elementos que podrían ir en contra de la última doctrina del Tribunal Constitucional sobre las cuestiones catalanas. El diputado socialista en la mesa del Parlamento catalán David Pérez fue uno de los encargados de mostrar esa incoherencia en la propia tramitación.
Con independencia de lo que haga Madrid, aún queda la actuación final de la CUP. Esa función está por celebrarse y promete, de nuevo, días y noches de festejos
Tampoco serán supuestos en la medida siguiente: incluso aunque Madrid declinara actuar contra ellos, todo apunta a un año próximo repleto de novedades políticas. Los independentistas que gobiernan apelan a la celebración de un referéndum, mientras que la práctica totalidad del resto empieza a hacer cuentas sobre qué mes puede ser el más probable para la celebración de unas nuevas elecciones autonómicas.
Los Presupuestos tienen pocas posibilidades de prosperar, porque aún queda la actuación final de la CUP. Ellos piden el referéndum y está por ver si serán tan nacionalistas que se tragarán los presupuestos menos sociales desde 2010 por un simple compromiso de urnas ilegales. Esa función está por celebrarse y promete, de nuevo, días y noches de festejos.
Que las cuentas públicas catalanas no serán una realidad, y que o serán adaptadas o se prorrogarán las actuales, también puede sostenerse en el escaso eco que han tenido entre la llamada sociedad civil. En ocasiones precedentes no había patronal, cámara de comercio, grupo profesional o colectivo de presión de cualquier signo que no se hubiera pronunciado ya sobre el típico “qué hay de lo mío”, radiografiando inversiones, nivel de gasto, reparto por áreas, críticas a la política de infraestructuras y un largo etcétera de cosas contenidas en la arquitectura presupuestaria del Ejecutivo.
Pero hay más. Lo dijo Joan Coscubiela, diputado de Catalunya Sí que es pot, cuando al analizar rápidamente los números habló de su inconsistencia por la vía de los ingresos: sin tocar el tramo autonómico del IRPF y actuar sobre Sucesiones y Patrimonio, la recaudación fiscal hace inviable su cumplimiento.
En cualquier caso, no se pierdan todo lo que nos explicarán sobre esas cuentas imposibles, sobre esos Presupuestos que muy probablemente jamás serán supuestos.