Ese presidente de la Generalitat melenudo y marchoso se ha ido a Londres en uno de esos viajes-fiasco que lleva a la práctica para promover el soberanismo allende fronteras. Patinó en Bruselas y parece que lo de la capital inglesa lleva idéntico camino. Se ha visto con el líder independentista escocés, que le ha dado una ducha de idéntica nacionalidad. Realismo puro: sin opinión pública suficiente cualquier intento secesionista es una barbaridad, una auténtica temeridad.
De ahí quizá que Carles Puigdemont anunciara ayer, de manera solemne, que la declaración unilateral de independencia es inviable y no forma parte de su fantasiosa hoja de ruta. Es la primera vez que el jefe del Gobierno catalán, el nuevo, se pronuncia con esta meridiana claridad. También es la primera vez que, en nombre del independentismo catalán, alguien hace un ejercicio tan natural de sentido común, si es que esa doctrina política tiene algo de ese sentido.
El escocés Alex Salmond ha dado unos consejos prácticos a Puigdemont que parecen haber modificado el tono del discurso catalán sobre la marcha. Si los independentistas británicos enseñan que sólo el sentido común, el pacto y la paciencia permiten el ejercicio democrático del referéndum, si los referentes internacionales del nacionalismo catalán te dicen a la cara que cualquier vía es lenta y procelosa, tampoco debe extrañar que los nuevos convergentes y sus amigos republicanos y cuperos de las comunas enderecen el rumbo para mantener el poder político inmediato, no sólo el soñado y ansiado viaje a Ítaca.
Lástima que cuando Puigdemont (o antes Artur Mas) se expresan ante los catalanes en sus medios e instituciones lo hagan siempre con una ambigüedad que son incapaces de sostener en foros de más prestigio y enjundia. Es como si a nosotros nos dieran un mensaje cifrado, de aquellos llamados a mantener la llama encendida, y el consumo interno, mientras que al resto del planeta le explicaran las verdades del barquero. Parafraseando al maestro Sting o las metáforas marineras de Mas, un sucedáneo de Message in a bottle.