En mi vida he visto una o dos veces los billetes de 500 euros que el Banco Central Europeo (BCE) dejará de imprimir próximamente. Es una lástima porque muestra la escasa capacidad de este periodista para conectar con una realidad que durante años estuvo presente en nuestro entorno y se convirtió en una forma de riqueza propia del bombazo inmobiliario y de su posterior burbuja.
Los billetes de 500 euros desaparecerán de nuestra vida con la misma elegante discreción con la que llegaron. Se sabía de su existencia pero eran patrimonio de muy pocos elegidos, sobre todo de un segmento de población que vivía muy próxima al negocio de la construcción. Hubo múltiples chistes, pero más allá del humor casi ningún conocimiento o contacto. Seguro que si usted ha vendido una propiedad en los últimos años, en el tiempo en que ya había desaparecido la peseta, conoció de la existencia de esos ignotos billetes. Al menos, durante un tiempo limitado.
España, de hecho, era el país en el que más se habían acumulado estos cromos repetidos y donde mayor suma de ellos se concentraba de toda la Unión Europea. ¿Quieren ustedes acabar con el fraude fiscal? Pídanle a su gobierno que haga una legislación que someta a un estricto control los billetes de 500 euros que quedan en manos de españoles. El dinero negro del país se reduciría a niveles estratosféricos. Si, a partir de mañana, por ejemplo, el poseedor de un billete de esa cantidad se ve obligado a cambiarlo en una entidad bancaria autorizada demostrando la licitud de su procedencia todos nuestros males de economía sumergida se disuelven de manera automática.
Por desgracia, la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida siempre es tímida. Todos, incluso los progres que lo defienden, acaban diciéndole a su fontanero o carpintero de cabecera que les haga la factura sin IVA. Eso da pie, igual que a desalmados promotores inmobiliarios, a acumular una fortuna no declarada al fisco que es insolidaria por definición.
Nunca he podido pagar con un billete de 500 euros en ningún sitio, primero porque sólo los vi como en una fotografía, y segundo porque nadie tenía cambio. La gente normal estamos muy bancarizados y nadie lleva suelto, ¿verdad?