Tres meses después de las elecciones autonómicas los secesionistas son incapaces de formar gobierno paralizados por sus ambiciones tribales y rencores cainitas. La ausencia desde el pasado septiembre de un Govern efectivo en Cataluña se produce en un momento especialmente inoportuno, cuando el Gobierno de España en diálogo con el mundo empresarial y gobiernos autonómicos decide los sectores y territorios que se beneficiarán de los llamados Next Generation EU, con una financiación de unos 140.000 millones de euros.

El Govern, en funciones desde septiembre del pasado año e inexistente desde febrero del actual, ha elaborado una propuesta a la que ha titulado como Next Generation Catalonia que dibuja los proyectos y sectores, plataforma de aterrizaje de los fondos europeos. La propuesta como todas a las que nos tiene acostumbrada el Govern de Cataluña está precedida de declaraciones grandilocuentes, preñada de una sopa de siglas, consorcios, comités asesores, órganos colegiados... El documento contempla propuestas desparramadas en misiones, ejes estratégicos, proyectos emblemáticos, criterios de priorización, pilares de relevancia, políticas palanca... parafernalia literaria de una administración cada vez más inoperante.

El plan apunta algunos sectores como la “nueva economía del espacio”, proyecto condenado al fracaso si solo se convierte en un nuevo "business" reservado a empresarios vinculados al procés, que reciben subvenciones y adjudicaciones directas a través del tráfico de influencias y al abrigo del poder político. Contempla un curioso hub de inteligencia artificial y tecnologías de la lengua catalana. Apuesta por el proyecto de moda de las “baterías eléctricas” al que se han apuntado muchas CCAA con empresas de automoción ubicadas en su territorio y donde Cataluña parte en desventaja después que el Govern diera la espalda a la empresa Volkswagen en la visita del Jefe de Estado en el pasado mes de marzo y además haga “mutis por el foro” ante la desaparición de la empresa Nissan. Proyectos como el pomposamente llamado “Hydrogen Valley of Catalonia”, que deben contar con Repsol y Enagás como empresas tractoras y que necesitarán que el Govern abandone sus vacaciones retribuidas de las que lleva meses disfrutando para asumir sus competencias y responsabilidades.

La gran industria europea, coliderada por Iberdrola y Telefónica, ha lanzado la iniciativa, denominada Re-skilling 4 Employment (R4E), promovida por el principal lobby empresarial europeo, el European Round Table for Industry (ERT), en donde participan las citadas empresas españolas y otras como AstraZeneca, Nestlé, SAP, Sonae, Volvo Group, que contempla un programa para capacitar profesionalmente a cinco millones de personas en la Unión Europea en el horizonte de 2030, de ellos un millón en España. ¿Dónde están las empresas catalanas que deben liderar la utilización de los fondos europeos?

En Cataluña el desconcierto se apodera del mundo empresarial. Un día asistimos a las declaraciones del conseller Tremosa agitando el victimismo: "Tenemos sobre la mesa la decisión de una gran multinacional de invertir en Cataluña en una planta de baterías que podríamos anunciar mañana mismo si el Gobierno español concreta los fondos europeos". Mientras Tremosa hacía esas declaraciones la otra parte del Govern, el vicepresidente Aragonès, mantiene encuentros habituales con la ministra Maroto y su secretario de Estado, para identificar proyectos de inversión susceptibles de fondos europeos. ¿Quién es el interlocutor del Gobierno de España?

Un país que ha carecido de política de innovación y tecnología, con una industria en decadencia que carece de tecnología propia y con sus centros de decisión fuera de Cataluña. Un país con universidades que no tienen estructuras de transferencia de conocimiento con suficiente fuerza por falta de dimensión. Un país que como apunta el profesor Antón Costas, necesita pasar de la "economía-taller a la economía laboratorio", con una mayor inversión en I+D. Una sociedad que no valora la cultura del esfuerzo y con muchas dificultades para incorporar talento investigador.

Una parte de la ciudadanía catalana abducida e intoxicada por los medios de comunicación públicos no es consciente de la gravedad de la situación de una economía cuyo PIB ha caído un 12% el último año. Esa ciudadanía no despertará de su abducción hasta que algún día TV3 les diga que la República no existe y que no hay ningún mandato del 1 de octubre. Otra parte de la ciudadanía, la Cataluña trabajadora asiste perpleja a la incompetencia de su Govern.

Cataluña necesita un Govern capaz de gobernar ejerciendo el liderazgo y generando consenso, una administración pública eficaz y eficiente, empresas tractoras capaces de activar los vectores de la modernización y el crecimiento económico. Las distintas facciones secesionistas que se disputan el poder y el control del reparto de los fondos europeos no son conscientes que están poniendo en peligro la llegada de estos fondos. Urge que alguien gobierne en Cataluña, ¿todavía estamos a tiempo?