Ya era hora de que la comunidad psiquiátrica se manifestara con respecto al prusés. Como escribió hace años Ignacio Vidal-Folch, urgen trenes cargados de psiquiatras que lleguen a Cataluña para encontrar una explicación racional al fenómeno de los oprimidos con dos coches, segunda residencia y tres planes de pensiones. Curiosamente, el reciente manifiesto de unos cuantos profesionales de la salud mental catalana se equivoca voluntariamente de pacientes ya que, según ellos, lo que afecta negativamente a la psique de los catalanes no son los delirios de Chis Torra o de la CUP, ni los disturbios con quema de contenedores, sino la violencia del Estado en respuesta a chaladuras y algaradas.
Parece que la salud mental del catalán medio no peligra por culpa del delirio en el que estamos instalados, por lo menos, desde 2012, sino por las cargas de la policía y las sentencias de los pérfidos jueces españoles contra los megacracks del prusés. Según estos perspicaces investigadores de los quebrantos del alma humana, la respuesta de la ley y el orden a las actividades de los procesistas sí que tiene peligro para nuestro cerebrito.
Estos psiquiatras deben ser de los que piensan que es la policía la que provoca a los manifestantes con su ominosa presencia. Lo cual me lleva a pensar que, si alguna vez vuelvo a necesitar ayuda para mi maltrecho coco, deberé esquivar a todos los firmantes de esta birria de manifiesto. ¿Cómo voy a confiar en alguien que no distingue la realidad de sus delirios? Créanme si les digo que lo que necesitan esos psiquiatras es, precisamente, un buen psiquiatra. Si no han visto las señales de locura que emite el procesismo, no están capacitados para tratar a ningún paciente; y deberían ser expulsados cuanto antes de su asociación profesional, aunque lo más probable es que acaparen todos los cargos de importancia.
Afortunadamente, los que hemos leído el manifiesto hemos tomado buena nota de los nombres de los abajo firmantes, a fin de no caer bajo ningún concepto en sus manos en caso de necesitar una ayudita mental o una receta para el Trankimazín. A esos los vas a ver, y seguro que te recomiendan que te cargues a tu padre y te tires a tu madre, o al revés. Y si pretenden congraciarse con el régimen, a ver si pillan cacho en alguna parte, debo advertirles que han tardado un poquito en dar las necesarias señales de insania para conseguirlo. Se les adelantaron los bomberos, los guardabosques y hasta algunos raperos. La lista de los abajo firmantes solo puede ser de utilidad para Torra, si necesita un certificado (falso) que acredite su absoluta estabilidad mental.
Gracias por el intento, chavales, pero es muy poco probable que los pirómanos urbanos especializados en contenedores acaben cantando Els psiquiatres seran sempre nostres. Por mucho que les regalemos a todos los del manifiesto, que se los regalamos encantados con tal de no acabar jamás en su consulta.