La frase que sirve de título a esta columna es la que más me gusta de todas las que se atribuyen a Groucho Marx. Yo creo que a Puchi también le gusta mucho, y además le interpela, como se dice tanto últimamente. Tras reunirse con su mayordomo en Waterloo, Puchi ha sido de una generosidad grouchesca al repartirse la república con el chico de la ratafía: tú te encargas del frente interior y yo del exterior; y para coordinarlo todo, creamos el Consejo de la República, del que ya me encargo yo por persona interpuesta, el voluntarioso Toni Comín. Chis Torra --se le notaba en las fotos-- salía muy satisfecho de su encuentro con el Querido Líder, y seguro que se ha vuelto a Barcelona más contento que unas pascuas: ¡qué chachi, tú, además de república, tenemos consejo de la república!

Hay que reconocer que la pareja de augustos Puigdemont-Torra es muy brillante en la gestión de la miseria física y moral. En Cataluña no hay república ni parece que la vaya a haber en unos cuantos siglos. El Consejo de la República se encargará de controlar un desiderátum, un ejemplo de wishful thinking, la nada más absoluta, pero Torra y Puchi se retratan como los líderes mundiales en la conferencia de Yalta, aunque no nos queda claro quién hace de Churchill y quién de Stalin. Van de estadistas y son los payasos de la tele. O la versión catalana de los inolvidables Pompoff y Teddy. Dos merluzos que no controlan nada y a los que TV3, como en el show de Truman, ha hecho creer que su mundo es real y no la pantomima ridícula que se nos antoja a los demás. Gobernar, gobernar, lo que se dice gobernar, Torra no gobierna mucho porque está muy ocupado gestionando una republica inexistente; y Puigdemont y sus secuaces, ¿alguien me puede explicar qué hacen en ese casoplón de Waterloo, como no sea quedar para comer, ver la tele, jugar al Risk --lo importante, aunque no sé por qué, es controlar Osetia del Sur, no lo olvidéis, exiliados-- o al Monopoly y redactar de vez en cuando algún comunicado que enviar a las cancillerías internacionales para alimentar las máquinas trituradoras de papel?

Los catalanes estamos en manos de un hooligan y de un majareta que cree ser el presidente legítimo en el exilio. Los países de verdad se apañan con un presidente, pero nosotros, que no somos ni chicha ni limoná, necesitamos dos, aunque no sirvan para nada. Ahora estarán ocupados --por lo menos, Comín, que es al que le ha caído el marrón-- organizando una puesta en escena, que es lo que mejor se les da: la presentación oficial en la Generalitat del Consell de la República, con todo el boato, la pompa y los plasmas necesarios, que tendrá lugar el próximo día 30. ¿No habrá ningún diputado de la oposición --o hasta de la CUP-- que les diga que ya está bien de hacer el ganso, que no hay ni república ni consejo de la república ni nada de nada y que hagan el favor de enfrentarse de una maldita vez a la triste realidad? ¿Va a durar mucho más el show de Torra & Puchi, con el primero azuzando a los CDR y el segundo visitando, en busca de apoyos a la causa, lugares tan decisivos como las islas Feroe? Un poquito de por favor, ¿no?