Cuando Jordi Cañas abandonó su escaño en el Parlamento catalán, le eché muchísimo de menos. Desde los tiempos de Alejo Vidal-Quadras, no se había visto a nadie que fuese tan hábil a la hora de sacar de quicio a los nacionalistas: Cañas era un parlamentario brillante que ponía su oratoria, frecuentemente irónica o sarcástica, al servicio de la demolición moral del oponente. Gracias a él, uno se realizaba por persona interpuesta. Ahora que ha sido absuelto de su supuesto delito de fraude fiscal, ¿le volveremos a ver en el Parlament chinchando a los independentistas? ¿O le caerá un cargo de peso en Madrid, nada que ver con lo de asesorar a Girauta y a Nart en Bruselas, que es lo que ha estado haciendo últimamente? Me encantaría, pero tengo mis dudas al respecto.
Jordi Cañas forma parte del ala socialdemócrata de Ciudadanos, francamente mal vista desde que Albert Rivera declaró que se había acabado la socialdemocracia y que, a partir de ahora, el partido se declaraba liberal (que suele ser el eufemismo que se usa cuando se gira a la derecha). En un partido que se está llenando de gente que huye del PP, ¿qué oportunidades tiene un izquierdista como Cañas de que se le tenga en cuenta?
Si los que le buscaron la ruina a Cañas por vía judicial eran ciertos personajes del PP, quienes ahora pueden amargarle la existencia están dentro de su propio partido y son los que lo controlan
El hecho de que sea de los pocos que se mantiene fiel al proyecto inicial de Ciutadans, cuando ahí lo que abundaba eran los rebotados del PSC, hartos de su síndrome de Estocolmo con los nacionalistas, puede actuar en su contra, ya que el partido que Cañas fundó no se parece mucho al actual: no es lo mismo aspirar a reemplazar al PSOE que al PP. Si los que le buscaron la ruina por vía judicial eran ciertos personajes del PP cuyo nombre no puedo decir por falta de pruebas --aunque Cañas me los identificó convenientemente--, quienes ahora pueden amargarle la existencia --fuego amigo, como si dijéramos-- están dentro de su propio partido y son los que lo controlan.
Conociendo (y apreciando) a Cañas, sé que no se va a dejar basurear y que va a intentar dejar su impronta socialdemócrata en el partido, aunque lo acaben expulsando. Y si consigue revivir y animar al ala izquierda del partido, todo eso que nos llevamos. De hecho, liberales y socialdemócratas deberían poder convivir sin asesinarse mutuamente. Si lo han logrado el PP --los de derechas aguantan a los de extrema derecha y viceversa-- y el PSOE --donde se supone que todos son de izquierdas, pero unos son más de izquierdas que otros--, ¿por qué no podría conseguirlo Ciudadanos? Y en este caso concreto, prescindir de un tipo tan lúcido y brillante como Jordi Cañas sería del género tonto. Espero que Rivera no siga el ejemplo de Iglesias y pretenda convertir a Cañas en su Errejón. Entre otras cosas, porque dudo mucho que Cañas se deje.