Tranquilos, que el chantaje del título no afecta a toda la población catalana, sino únicamente a mí. Los intentos del PSC por recuperar mi voto para las elecciones del próximo domingo empezaron con la elección de Meritxell Batet para encabezar la lista por Barcelona. Como ya les comenté hace unas semanas, esa mujer nunca me ha dejado indiferente: sí, me parece monísima, ¡tíldeme quien quiera de frívolo y machista! De todos modos, hasta yo me doy cuenta de que votar a alguien porque te pone es del género tonto; lo debieron intuir también en el PSC y por eso me colocaron de número dos a un amigo, el filósofo Manuel Cruz, con el que quedo a almorzar de vez en cuando para reírnos de los nacionalistas y de Ada Colau, a la que el hombre tuvo de alumna y de la que nada bueno tiene que contar (acabo de jorobarte tu futura relación con la alcaldesa, compañero, pero no me lo tengas en cuenta: ¡ya sabes que soy un bocazas de nivel cinco!).
Votar a un partido porque la número uno es muy atractiva y el número dos es amiguete, no es gran cosa como criterio político. Bueno, más bien da asco. Pero, tal como está el patio, ¿alguien puede ofrecerme un criterio mejor?
Realmente, votar a un partido porque la número uno es muy atractiva y el número dos es amiguete, no es gran cosa como criterio político. Bueno, más bien da asco. Pero, tal como está el patio, ¿alguien puede ofrecerme un criterio mejor? ¿Hay algo más hermoso en este mundo que la amistad? Y si además tenemos en cuenta que Batet no dice tonterías y que comparto en gran medida la visión de las cosas de Cruz, el criterio tal vez no sea tan ridículo como aparenta. Sí, podría volver a votar a Ciudadanos, pero como ya dije hace un tiempo, no sé muy bien qué pretenden en el conjunto de España; su presencia en Cataluña me parece de lo más higiénica y necesaria, pero creo que su discurso se diluye un tanto a nivel nacional. Me alegro de que, como partido bisagra, hayan conducido a los nacionalistas a la irrelevancia, pero... ¿Y si les voto y acaban pactando con el PP, por mucho que digan ahora que exigen la cabeza de Mariano Rajoy?
Otra posibilidad a mi alcance es abstenerme el próximo domingo, que es lo que realmente me pide el cuerpo, pero nunca había tenido la oportunidad de votar a un amigo y me da no sé qué desaprovecharla. ¿Significa eso que considero a Pedro Sánchez el líder providencial que necesita este país? Por supuesto que no. ¿Lo preferiría a Mariano y Pablemos? Sin duda. Pero si no hubiese fichado a Manuel, le iba a echar una mano su señor padre: no vayamos a confundir ahora la mezquina política con el noble amiguismo.