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Josep Maria Cortés y escritores en la feria del libro de Guadalajara (México)

Josep Maria Cortés y escritores en la feria del libro de Guadalajara (México)

Pensamiento

Contra el muro: ¡Jalisco no te rajes!

"Gestionar el espacio público es la mejor manera de trasladar el rumbo hacia la moderación; es negar la España de las banderías"

Publicada

Salvador Illa presenta un montón de sellos editoriales de Cataluña en la Feria del Libro de Guadalajara, en el Estado de Jalisco. El president expande la cultura vernácula y bilingüe en la cima de la celebración cervantina. ¡Viva México, cabrones! Abre ventanas y brilla con su finta al nacionalista Artur Mas, que pide coaligar a Junts con Aliança Catalana para que no quede ninguna duda de que del supremacismo es una forma de barbarie xenófoba.

Illa versus Mas; la fineza frente a la pedantería; el trabajo ante el grito; la fuerza contra la lujuria; el alegro andante como antítesis de la raza; el color o la resistencia ante la cueva; la hermandad de los pueblos frente al linaje monoglósico. Las editoriales catalanas representan buena parte de la facturación editorial literaria en castellano; casi la mitad de las editoriales de España están radicadas en Cataluña, y Guadalajara es un trampolín para la literatura en lengua catalana.

Barcelona sigue siendo el cráter de esta irrupción. Sus escritores, las mujeres y hombres, que inventan oficios vividos al instante, representan un ideal de subversión y de deseo. Escriben para no morir, como dirían aquel Palinuro de México de Fernando del Paso o Felipe Montero, el historiador de Carlos Fuente, en Aura, alcanzado por el amor en medio de la desolación militar que aplasta a los dorados de Villa y Zapata.

Gestionar el espacio público es la mejor manera de trasladar el rumbo hacia la moderación; es negar la España de las banderías. Derribar el muro que levanta Vox como pide Aznar en su nuevo libro, Orden y libertad. El político que mintió y que todavía miente sobre el 11M sigue siendo un político. Le para los pies a Santiago Abascal, aunque cometa el error de pisar, paralelamente, al Gobierno de Sánchez, que no ha levantado ningún muro.

La ultraderecha del tiro en la nuca no tiene cabida, digan lo que digan los sondeos en los jóvenes sin futuro, la machacada antimateria por la que se deslizan muchos miles sin esperanzas. Aznar es el de siempre; reclama una refundación del PP triste de Núñez Feijóo y del antiestético vocero, Miguel Tellado, actor burlesco amparado en los tópicos de lo sórdido. Aznar le abre la puerta al conservadurismo, sin las falanges troteras. Me dirán que el expresidente esconde el macizo de la raza en su chaleco, sobrevolado por los cuellos camiseros de almidón blanco y corbata fea. Pues sí. Pero señala un camino trillado en busca de la alternancia.

Nadie conoce el programa del PP, el partido que esconde sus alas dispuesto a gobernar con los pantalones bajados en una colación falsamente llamada de centroderecha.  

Pero antes de que vuelva Don Pelayo, la cultura nos sacará del embrollo. Los reinos de Taifa son negligentes.

La expansión del modelo Illa gana a la caverna del modelo Mas, ayudado por Aznar. Ante el muro ultra, ¡Jalisco no te rajes!