Europa, en modo guerra; el soberanismo y el izquierdismo, en el reino de las Batuecas. El rearme de la UE anunciado por la presidenta Von der Layen está en el limbo español por la intemperancia de Junts y Esquerra y por la izquierda estética, dividida entre la realidad política y los dogmas sin causa. El palo lo dan los del procés y la zanahoria es cosa de la gauche caviar.
Me temo que los negacionistas están todavía en el OTAN no de los años 80. Consideran que la apuesta por un Ejército europeo es una impugnación lanzada por la Comisión contra la Europa de Altiero Spinelli y de los tratados.
Sea como sea, la propuesta de alcanzar un 2% del PIB español en el gasto de Defensa se queda corta porque en la actualidad estamos oficialmente en el 1,2%, pero en realidad nuestro país destina al gasto militar el 0,9%. Habrá que hacer bien las cuentas, sin olvidarnos de nadie, como lo hace el circunspecto Salvador Illa cuando reduce el tipo marginal del IRPF a los que ganan menos de 33.000 euros año.
Puigdemont y Junqueras excluyen a Sánchez por vicio, mientras que Sumar mira hacia otro lado pensando en recuperar el consenso perdido, antes de su Asamblea congresual del próximo fin de semana. La vicepresidenta, Yolanda Díaz, le tiene más miedo a la segunda debacle electoral de Sumar -la primera fue el 23/J- que al espionaje estratégico de Trump. En su formación reina el desamparo tras el abandono de Elizabeth Duval, todo un síntoma. ¿La inteligencia hace las maletas?
La matria se descorazona y con razón, porque siempre estuvieron ellas, desde María de Zallas a la Pardo Bazán, pasando por Victoria Kent o Federica Montseny. Y no se trata de género sino de cohesión; Yolanda y María Jesús Montero no pueden latir al mismo ritmo, cuando la frialdad entre ambas en el seno del Gobierno es parecida a la de las compañeras de pupitre que se llamaban amigas en clase, pero en el patio se tiraban de las trenzas.
La Europa de Macron y Friedrich Merz da por liquidado el pacto atlántico y España no puede titubear. El PP y Vox mantienen la rabieta, a la que se apuntan Junts y ERC frotándose las manos. El bloque conservador asume el mensaje populista de la ultraderecha y el bloque nacionalista le sigue.
Ambos desconocen la rima de Maquiavelo: “no hay virtud sin fortuna ni fortuna sin virtud” (la fortuna son los votos y la virtud, las legislaturas). Juegan el uno con el otro y quieren triunfar juntos, pero están lejos de la ciencia estadística y de la excelencia moral.
La UE rechazará muy pronto el fuego amigo de los socios que traicionan su esencia desde los tiempos de Visegrado. La Cataluña del morro fort está fuera del tiesto. Afirma que jamás debemos comprar armas a Washington.
El regreso de la Guerra Fría no parece tan lejano y, si se establecen los bloques asimétricos, el espacio del nuevo Pacto de Varsovia de Putin es un mapa picoteado por manchas de aceite. La geopolítica digital se está deshaciendo de la geografía.