Marchan a toda máquina los negocios de Carmen Godia Bull. La acaudalada dama barcelonesa, a sus tempranos 81 años, articula sus inversiones por medio de la corporación G3T, breve acrónimo que compendia el número de hijos y las iniciales de sus apellidos.
Dicha entidad triplicó en 2024 el beneficio hasta los 22,3 millones, según reflejan las cuentas que acaba de publicar. Sus activos y fondos propios están contabilizados en 504 y 478 millones, respectivamente. Es de subrayar que estas descollantes magnitudes no reflejan las verdaderas dimensiones de la holding, que son mucho mayores. Solo en bienes raíces y acciones de compañías cotizadas, G3T embalsa más de 500 millones.
Pero vayamos por partes. Carmen Godia, discreta y exquisita donde las haya, cesó como gestora en 2017 y designó para ocupar el cargo a su vástago Rafael Tous Godia. Dos años después instituyó un consejo de administración. Lo preside Rafael, que además luce los galones de consejero delegado; es vicepresidenta su hermana Carla; y vocal, su otra hermana Cristina; de secretario ejerce el abogado Pablo de Ferrater de Vez.
G3T centra sus ingentes inversiones en cuatro campos principales, a saber, inmuebles, bolsa, energía eléctrica –centrales hidroeléctricas y paneles solares– y residencias para la tercera edad.
Los dos primeros son los más relevantes por el volumen de recursos implicados. G3T posee un nutrido paquete de edificios y locales, sobre todo en Barcelona y Madrid. Están valorados en libros en 350 millones, muy por debajo de su tasación de mercado.
Los Godia analizan operaciones continuamente para adquirir más bloques, siempre con un marcado carácter acumulador. Los destina a alquiler, con lo que se asegura la percepción de rentas futuras periódicas.
En cuanto a sus posiciones en el Ibex, G3T vendió hace tres años el 1% que poseía en la gasista Naturgy, por 200 millones. Poco antes se había lanzado en tromba a comprar títulos del fabricante de piscinas Fluidra, de Sant Cugat del Vallès. Ya atesora el 5%, evaluado en 210 millones. Alberga muchas expectativas sobre esa compañía catalana, por su liderazgo mundial y su gran potencial de crecimiento. Eso sí, cuando llegue el momento oportuno, no dudará en propinar el pase para materializar las plusvalías, tal como ha hecho en anteriores ocasiones.
En un emporio tan ramificado, también surgen de vez en cuando lances adversos. Es el caso de la firma subsidiaria Ecolumber, de la Ciudad Condal, que explota plantaciones de almendros y nogales. El pasado mes se desmoronó en una suspensión de pagos de 30 millones.
Carmen Godia constituyó G3T en 1991. Su padre, el prócer barcelonés Francisco Godia Sales, había fallecido unos meses antes. Y Carmen decidió fundar la sociedad con objeto de canalizar buena parte de los cuantiosos bienes heredados.
El progenitor legó a sus hijas Carmen y Liliana, entre otras conspicuas posesiones, un 24% de Iberpistas, concesionaria de autopistas en Madrid, Segovia y Ávila, así como el 50% de la autopista Bilbao-Zaragoza. En 2022 el dúo fraterno acordó con La Caixa aportar dichos lotes a Grupo Abertis, a cambio de una participación en este último.
Seis años después, la estirpe Godia y La Caixa traspasaron sus dorados papeles a la ACS de Florentino Pérez y al consorcio italiano Atlantia.
Carmen y Liliana recibieron, entre pitos y flautas, 340 y 280 millones respectivamente.
Carmen reside en el Conventet, uno de los conjuntos más singulares y espléndidos de Barcelona, sito junto al monasterio medieval de Santa María de Pedralbes. Las monjas clarisas, que lo habitaron durante casi 700 años, se vieron obligadas a abandonarlo el pasado mes debido a la falta de vocaciones.
A su vez, el Conventet es un recinto franciscano, erigido en 1596 y reformado por el célebre arquitecto Enric Sagnier en 1914.
Francisco Godia adquirió esta joya a las religiosas en 1950 y fijó en ella su domicilio particular. Las dependencias albergan una impresionante colección de arte románico.
G3T tiene su cuartel general en avenida Diagonal/plaza Francesc Macià. En el mismo rascacielos anidan también las sedes del diario La Vanguardia y otras piezas del grupo mediático de Javier Godó.
Por cierto, el vasto imperio financiero e inmobiliario de la familia Godia se maneja con un equipo de tan solo ocho colaboradores. Los capitanea Rafael Tous Godia, nieto del patricio fundador.