Lo de "a Dios rogando y con el mazo dando", entre el procesismo se traduce como “a la independencia rogando y el bolsillo llenando”, puesto que a un catalán se le conoce por anteponer siempre su cuenta corriente a los ideales, si es que éstos existen. Es así como Ramon Tremosa, exconseller con nada menos que Quim Torra -otro que aprovechó sus cuatro días de president para ganarse una jubilación dorada- y destacado militante de Junts, se ha colocado como directivo de Aena, empresa pública del pérfido Estado español, cuyas siglas significan nada menos que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea. Han leído bien: ESPAÑOLES.

Lo de rechazar cualquier cosa que venga de España está muy bien para los chavales independentistas, la mayoría de los cuales viven -y muy bien, por cierto- en casa de sus papás y se lo pueden permitir. Pero entre adultos, todos saben que una cosa es lo que se afirma en público y otra muy distinta es lo que se piensa realmente. Y lo que se piensa realmente, sobre todo en Cataluña, es que cuanto mayor es el sueldo mejor se vive, da igual que en el pasaporte ponga “Reino de España” o “República catalana”.

Los ideales están muy bien durante la juventud, pero Tremosa hace ya tiempo que la dejó atrás y sabe bien de qué va la vida. ¿O no cobra también Laura Borràs un sueldo de funcionaria española? ¿O no cobran un buen sueldo, pagado por España, todos los diputados de ERC y de Junts que se pasan la semana en Madrid simulando anhelar la independencia? No iba a ser menos Tremosa, que si algo aprendió cuando ejerció de conseller de Empresa es que el dinero ni se crea ni se destruye, solamente cambia de manos, y mejor si es hacia las propias.

Ya los romanos sabían que Pecunia non olet, es decir, que el dinero no huele mal, da lo mismo que provenga de un impuesto sobre la orina recogida en las letrinas -como ideó el emperador Vespasiano- o del Estado español. Con taparse un poco la nariz al recibir el sueldo a final de mes, Ramon Tremosa no va a oler la procedencia española del parné. No sólo eso, sino que va a poner todo el interés en su trabajo, no sea que se le termine el chollo, o sea que, si algún iluso pensó que Tremosa iba a ser un caballo de Troya que iba a intentar destruir desde dentro la industria aeronáutica española, se lo puede ir sacando de la cabeza. Tremosa hará lo que sea para seguir trincando, que de eso y no de ninguna otra cosa iba el famoso procés.

En tiempos, Tremosa fue eurodiputado y, de toda su labor, únicamente se recuerda que llevó al Parlamento Europeo un pisotón del entonces madridista Pepe a Leo Messi, para que los señores eurodiputados vieran cómo se las gastaba ese defensor. Su mayor mérito fue conseguir que, aún así, Europa no expulsara a perpetuidad de sus instituciones a todos los políticos catalanes, y que incluso prohibiera las visitas turísticas a la Cámara de cualquier grupo de escolares o jubilados procedente de esta región. No es raro que, desde entonces, la justicia europea haya desestimado, una tras otra, cualquier reclamación interpuesta por los independentistas, cualquiera se arriesga a que vuelvan por allí exigiendo revisar alguna jugada del último partido de liga.

Su currículum se reduce, por tanto, a estar conforme con todas las burradas que a Quim Torra le dio tiempo a perpetrar durante su corta presidencia catalana, y a ejercer de forofo futbolero en el Parlamento Europeo. De ello podemos deducir que, más que por su valía -que se diría inexistente-, lo habrá fichado Aena como parte del acuerdo de Sánchez con Junts.

- Necesito vuestros votos para quedarme de presidente, para los Presupuestos y para todo. La independencia no os la puedo dar y la amnistía me la están frenando los magistrados, pero si queréis, os voy colocando a todos, uno tras otro, en sillones de los de poco trabajo y mucho dinero.

- Déjate de independencias, Pedro. ¿Dónde hay que firmar?