Se extingue el 2024 y en el horizonte emerge preñado de incertidumbre el todavía nonnato 2025.  Nos adentramos en nuestra reflexión desde el esperpento actual del "ruedo ibérico" en plena ebullición política y llegamos por elevación hasta un mundo donde las certezas desaparecen y asoma la incertidumbre.

Pocas semanas han transcurrido desde la celebración del 41º congreso del PSOE. Se esperaba que la amnistía y la financiación singular de Catalunya formaran parte de los debates del congreso, dando soporte al Gobierno frente a los embates de una oposición embravecida. Sin embargo, la amnistía no ha recibido objeción alguna digna de mención. Por otra parte, la reforma del sistema de financiación autonómica (que contempla la financiación singular para Cataluña) se ha resuelto con un acuerdo con todos los líderes regionales donde se apunta que el nuevo sistema de financiación se deberá de aprobar de forma multilateral en el CPFF (Consejo de Política Fiscal y Financiera) previas negociaciones bilaterales Estado-Comunidad Autónoma. Se apuesta por la "patada a seguir", se trata de ganar tiempo y resistir…

El secretario general ha centrado su discurso en reivindicar la gestión del gobierno, prometiendo más de lo mismo e instando a la preparación de las elecciones de 2027. Unas semanas después el hombre de Waterloo, incomodo aliado coyuntural, amenaza con poner en peligro la legislatura e inicia el coqueteo con sus "enemigos" peperos, como forma de presionar al gobierno. Tacticismo puro y duro que caracteriza al gran "enredador". Mientras tanto Sánchez intenta seguir navegando con gran habilidad en aguas cada vez más turbulentas.

Sin duda son tiempos de tribulación. Sorprende que el ex presidente del Gobierno Felipe González, que aparece últimamente siempre cabreado con su sucesor Pedro Sánchez, haya olvidado tan pronto la semejanza de la actual ofensiva de la oposición conservadora, con la época en la que el sufrió la presión insoportable por parte de lo que se llamó el "sindicato del crimen". Recordemos a este grupo constituido por directores de periódico, periodistas radiofónicos y opinadores profesionales, con buenos contactos en la magistratura, la Policía y los servicios secretos, que sincronizaron durante algunos años sus líneas editoriales, logrando poner en jaque a Felipe González, al que acusaban de cesarista y autoritario. Uno de ellos, LM Ansón, llegó a confesar que, no habiendo manera de ganar en las urnas a Felipe González, había que hacer lo que fuera, llegando incluso a desestabilizar el país, se trataba de acabar "por lo civil o lo criminal" con el gobierno socialista. 

Casi treinta años después reaparece de nuevo el partido judicial, constituido por una parte significativa de la judicatura dispuesta a asumir el protagonismo principal como oposición al actual gobierno. Se podría afirmar que la justicia es independiente, pero determinados comportamientos y actuaciones nos generan algunas dudas sobre su imparcialidad. 

El gobierno de Sánchez se atrinchera para poder resistir, condición necesaria, pero no suficiente, para garantizar su continuidad. Esta solo estaría garantizada a través de acuerdos con sus díscolos socios, que en ocasiones tienen intereses contradictorios e incluso opuestos. Sin duda Pedro Sánchez es la fuerza que cohesiona a su organización y al mismo tiempo su punto débil por su excesivo liderazgo. En la otra orilla Feijóo, muy condicionado por las presiones de la ultraderecha, muestra un liderazgo débil permanentemente contestado  por la "trumpista" lideresa  madrileña.

El Gobierno de coalición se presenta como garantía y principal bastión para frenar la alianza entre la derecha conservadora y la extrema, una alianza que avanza en toda Europa y está a punto de ocupar el poder a orillas del Potomac. Al mismo tiempo intenta reforzar su perfil progresista apostando por temas de sensibilidad social como serían el grave problema de la vivienda y la defensa del poder adquisitivo de los asalariados. Los planteamientos de la vicepresidenta Yolanda Díaz, apostando de forma decidida por la reducción de la jornada laboral, intentan definir perfil propio y marcar la diferencia con los socialistas, sin embargo, tienen escaso recorrido parlamentario.

El mundo de ayer agoniza, muchos ciudadanos solo se informan en las "fake news" que les venden los gurús de la confusión, ésta activa el miedo e incentiva la incertidumbre, crece el desapego y el descredito de la política. Las fuerzas de progreso que apuestan por la democracias liberales y representativas necesitan impulsar nuevas ideas transformadoras, practicar políticas sociales útiles en la medida que permitan avanzar y consolidar los derechos de los trabajadores. Urge encontrar las respuestas adecuadas a un mundo estridente, "okupado" por las redes sociales, que exacerban el conflicto. Deberá combatirse cualquier forma de discriminación y en especial el etnonacionalismo 

Un mundo "nuevo" que necesita hacer frente a los peligros del populismo, que representa el rechazo visceral contra la política y las instituciones. Renace la anti política y el nihilismo paralizante que hace peligrar la convivencia democrática. Esta se ve amenazada por los extremos, especialmente por el que surge con la fuerza de los años treinta del siglo pasado, navega en el fango de la confrontación y el odio y transcurre en el mundo  de las "fake news" que dificulta la distinción entre la verdad y la realidad virtual.