España se enfrenta a un panorama internacional complejo, marcado por su crisis política interna, la reelección de Donald Trump en Estados Unidos, y el fortalecimiento de la relación entre Francia y Marruecos entre otros. La polarización y la falta de consenso están debilitando su capacidad de respuesta de España en asuntos clave de política exterior, como la defensa y el comercio.
La vuelta de Trump añade presiones significativas para España:
• Política proteccionista: Sectores clave de exportación, como la industria agroalimentaria, podrían verse seriamente afectados. España, siendo el principal exportador mundial de aceite de oliva, tiene en Estados Unidos uno de sus mercados más importantes fuera de la UE, y aranceles adicionales pondrían en riesgo su competitividad.
• Exigencia en defensa: Trump presionará nuevamente para que los aliados de la OTAN aumenten su gasto militar al 2% del PIB, un compromiso que España, con un gasto actual de alrededor del 1,2%, aún está lejos de cumplir. Durante su primer mandato, ya señaló a España como uno de los países más rezagados, y es probable que este tema resurja.
Además, el respaldo de Trump a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental refuerza la posición marroquí en la región, complicando las relaciones de España con Argelia, un socio energético fundamental.
La relación entre Francia y Marruecos ha ganado fuerza con la firma de importantes acuerdos económicos y el reiterado y claro apoyo francés al plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara. Esta alianza:
• Intensifica la competencia económica: Las empresas españolas se van a enfrentar a una mayor rivalidad en el mercado marroquí, en el que España había conseguido posicionarse como primer socio comercial por delante de Francia.
• Desafía la diplomacia española: España debe gestionar un delicado equilibrio entre Marruecos y Argelia, dos socios estratégicos pero enfrentados. Esto complica su papel en el Magreb y afecta a temas críticos como la seguridad y la gestión de la migración.
La combinación de estos factores complica el panorama geopolítico para España. En este contexto, el país necesita reforzar su política exterior, adaptarse rápidamente a los cambios y fortalecer su coordinación con la Unión Europea, que, por cierto acaba de crear la Trump Task Force en respuesta al reciente triunfo electoral de Donald Trump.
Este organismo tiene como objetivo enfrentar posibles desafíos en las relaciones transatlánticas, incluyendo temas comerciales y de defensa. Alejandro Caínzos, un español con amplia experiencia en la Comisión Europea y en negociaciones con Estados Unidos, liderará este grupo.
La vuelta de Trump añade presiones significativas para España:
• Política proteccionista: Sectores clave de exportación, como la industria agroalimentaria, podrían verse seriamente afectados. España, siendo el principal exportador mundial de aceite de oliva, tiene en Estados Unidos uno de sus mercados más importantes fuera de la UE, y aranceles adicionales pondrían en riesgo su competitividad.
• Exigencia en defensa: Trump presionará nuevamente para que los aliados de la OTAN aumenten su gasto militar al 2% del PIB, un compromiso que España, con un gasto actual de alrededor del 1,2%, aún está lejos de cumplir. Durante su primer mandato, ya señaló a España como uno de los países más rezagados, y es probable que este tema resurja.
Además, el respaldo de Trump a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental refuerza la posición marroquí en la región, complicando las relaciones de España con Argelia, un socio energético fundamental.
La relación entre Francia y Marruecos ha ganado fuerza con la firma de importantes acuerdos económicos y el reiterado y claro apoyo francés al plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara. Esta alianza:
• Intensifica la competencia económica: Las empresas españolas se van a enfrentar a una mayor rivalidad en el mercado marroquí, en el que España había conseguido posicionarse como primer socio comercial por delante de Francia.
• Desafía la diplomacia española: España debe gestionar un delicado equilibrio entre Marruecos y Argelia, dos socios estratégicos pero enfrentados. Esto complica su papel en el Magreb y afecta a temas críticos como la seguridad y la gestión de la migración.
La combinación de estos factores complica el panorama geopolítico para España. En este contexto, el país necesita reforzar su política exterior, adaptarse rápidamente a los cambios y fortalecer su coordinación con la Unión Europea, que, por cierto acaba de crear la Trump Task Force en respuesta al reciente triunfo electoral de Donald Trump.
Este organismo tiene como objetivo enfrentar posibles desafíos en las relaciones transatlánticas, incluyendo temas comerciales y de defensa. Alejandro Caínzos, un español con amplia experiencia en la Comisión Europea y en negociaciones con Estados Unidos, liderará este grupo.