Pues claro que Laura Borràs merece la amnistía. La pobre mujer ve que todos sus compis se van a beneficiar de esa medida y ella, que no hizo más que fraccionar contratos para poder adjudicárselos a un amiguete sin que este tuviera que padecer el engorroso asunto de los concursos, seguirá inhabilitada. Laura Borràs tiene razón en una cosa fundamental: merece la amnistía tanto como todos los demás, porque ninguno de ellos la merece.
Si nadie merece la amnistía, es injusto concedérsela solo a unos cuantos. Todo político de Junts que haya sido condenado por cualquier delito, debe ser amnistiado, aunque hubiera sido pillado in fraganti practicando sexo con menores en un hotelucho de las Ramblas. Si la amnistía no es más que una medida que Pedro Sánchez se sacó de la manga para asegurarse el apoyo de Junts, lo más lógico es que todos los de Junts se beneficien de ella. Bien pensado, no solo los altos cargos postconvergentes que hayan cometido delitos han de ser amnistiados, sino que deberían serlo incluso los militantes de a pie. Ya que Junts no ha servido para nada desde su fundación, que sirva por lo menos para librar de la cárcel a todos sus delincuentes.
Si la cosa sale bien y Laura Borràs es amnistiada, igual hasta es una manera de aumentar el número de militantes de Junts, que según parece anda a la baja. Nada extraño teniendo en cuenta que van saliendo periódicamente casos de corruptela del Consell de la República. Si corre la voz de que cualquiera se libra de la cárcel porque Pedro Sánchez necesita los votos de esa formación, habrá miles de quinquis, narcotraficantes, estafadores, atracadores, asesinos, defraudadores del fisco, conductores borrachos, pedófilos y proxenetas, haciendo cola para afiliarse. En cuanto se enteren de que el carné del partido es suficiente para que el presidente del gobierno en persona te libre de la cárcel, no quedará un preso en Cataluña sin militar en el mismo. Qué digo en Cataluña, de toda España van a llegar solicitudes para formar parte de Junts, mucho más fácil eso que liarse a construir un túnel con una cuchara para escapar, como en las películas. Anda que el Conde de Montecristo se habría tirado tantos años a la sombra y se habría jugado la vida para escapar haciéndose el muerto, si hubiera tenido a mano un carné de Junts, firmado por el mismísimo Puigdemont. En un pis pas habría salido del castillo de If, y por la puerta grande.
Sin pretenderlo -porque no es persona que piense en nadie más que en ella misma-, Laura Borràs ha abierto una puerta para que se libre de la cárcel todo el que quiera, tal vez hasta el mismo Errejón acabe militando en Junts, y también Zaplana, en caso de que no esté ya militando en él. El carné de Junts, según la Borràs, ha de ser como la carta del Monopoly que te libra de la cárcel, que lo hace sin preguntar siquiera el motivo por el que uno estaba en ella. El caso Laura Borràs podría significar para el derecho penal español lo que la ley Bosman significó para el fútbol mundial, nada volverá a ser lo mismo si su caso se resuelve positivamente. No solo es que vayan por fin a despoblarse las prisiones -de hecho, van a quedar vacías, con filas de presos saliendo de ellas mientras muestran el carné de Junts a los guardianes-, es que incluso va a resolverse de una vez el pertinaz colapso de los juzgados españoles. Será suficiente con que el abogado defensor muestre al juez el carné de Junts a nombre de su cliente, para que éste salga inmediatamente en libertad. Más aún: si el abogado es diligente, lo mostrará antes del juicio y el caso no será siquiera admitido a trámite.
Lo que empezó como un chanchullo más de una política corrupta, Pedro Sánchez puede convertirlo en lo que más recordaremos de sus años de gobierno.