La Unión Europea ha intensificado en los últimos meses sus vínculos con Argelia como consecuencia de la creciente dependencia de gas derivada de la guerra en Ucrania. La propia comisaria europea de Energía, Kadri Simson, visitó el país norteafricano el pasado mes de octubre y afirmó que “Argelia es un socio exportador en quien confiar”. Otros Estados miembros como Francia e Italia también han redoblado sus pleitesías al régimen de Abdelmadjid Tebboune. Sin embargo, Argel se está convirtiendo en un aliado clave de Moscú en la guerra de Putin contra Ucrania.
Argelia se ha convertido en el portaviones ruso en el Mediterráneo. El ejército argelino y el ruso han llevado a cabo maniobras militares conjuntas en los últimos meses, incluido en territorio argelino muy próximo a la frontera de Marruecos. Además, el régimen de Argel es uno de los grandes financiadores de la agresión de Putin a Ucrania al ser uno de los principales clientes de Rusia en lo relativo a la compra de armamento. Esta situación ha sido denunciada tanto en el Congreso de los Estados Unidos como en el Parlamento Europeo. En este sentido, el pasado 16 de noviembre, 17 eurodiputados enviaron una carta a Ursula von der Leyen solicitando la revisión del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Argelia, que entró en vigor en 2005, por los crecientes vínculos Argelia-Moscú.
Este miércoles 23 de febrero, en vísperas del aniversario de la agresión rusa a Ucrania, se reunió en sesión extraordinaria la Asamblea General de las Naciones para aprobar una resolución que pide la retirada rusa de Ucrania y exige que Rusia “respete la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania”. La resolución, aprobada por amplísima mayoría, carece de carácter vinculante, pero, sin embargo, es un buen termómetro para observar el respaldo internacional con el que cuentan tanto Rusia como Ucrania. La agresión de Putin a Ucrania no deja lugar a medias tintas. El no respaldo de Argelia a la resolución corrobora el estrecho vínculo entre Argel y Moscú.
Argelia no es un socio fiable. La Unión Europea debe de ser coherente en sus esfuerzos por apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa y, en consecuencia, replantearse sus partenariados con los aliados de Moscú. Es un sinsentido que por un lado estemos fortaleciendo, con dinero público, al ejército de Kiev para su defensa y que por otro intensifiquemos lazos con aquellos aliados de los que agreden a Ucrania. Urge la revisión del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Argelia.