La inteligencia artificial (IA) ha sido seleccionada como la expresión del año por la Fundéu y la Real Academia Española.

El uso de la inteligencia artificial es ya masivo, pero hasta hoy había sido silencioso y progresivo. De hecho, la mayoría de los mortales no sabemos qué tecnologías hay detrás de nuestro teléfono, coche, finanzas o el tratamiento de cualquiera de nuestras enfermedades. En la mayoría de los casos, muchas y combinadas entre ellas.

Ya hace tiempo que se utiliza para muchas de las tareas del día a día, como las búsquedas en línea, solicitar ayudas financieras, un seguro o hacer un trámite administrativo, por ejemplo.

Este año, la hasta ahora discreta IA está adquiriendo protagonismo por 2 cambios importantes: sus aplicaciones generativas de texto o imágenes y su velocidad.

Con la publicación de algunas de ellas como el chatbot ChatGTP, la IA sale del armario de cables para ponerse en el escaparate como autor. La tecnología GPT (“Transformador Generativo Preentrenado”) elabora respuestas cada vez más parecidas a las humanas en cuestión de segundos. Su versión GTP3 permite hacer composiciones y escritos y aumentará exponencialmente con su evolución, GTP4, que será publicada este año, según OpenAI. He aquí el primer cambio: las posibilidades de aplicación son enormes como un servicio al cliente automatizado. La generación de todo tipo de informes, escritos, composiciones y traducción automática podría impactar directamente en cualquier profesión: educación, legal, creación, etc.

No olvidemos que esta tecnología pertenece a la empresa OpenAI, que empezó como una compañía sin ánimo de lucro fundada para promover y desarrollar inteligencia artificial amigable y se está convirtiendo en un gran negocio en el que Microsoft está invirtiendo para darle nuevas aplicaciones y vida a su navegador Bing y competir con Google.

GTP tiene su información en la Nube, lo que vendría a ser el gemelo digital del Palacio de Alejandría que los reyes griegos de Egipto crearon para que literatos y científicos se reunieran y leyeran obras escritas en rollos de papiro. Ahora los rollos de papiro son 100 mil millones de parámetros de aprendizaje automático, lo que provoca que tenga una capacidad nunca vista para generar textos. Será una gran IAteca.

Esta IA es una superprocesadora que nos responde como hacían las Pitonisas en el oráculo del santuario de Delfos. Las pitias o pitonisas daban respuesta de los dioses en forma de verso a los que acudían al oráculo para conocer su futuro en unos días. Ahora las Pitonisas son las IAs (Alexa, Siri o ChatGTP), que en lugar de conectar con Dios y los sabios conectan con la Nube y, en lugar de tardar días, tardan segundos. Ahí está el segundo cambio: la velocidad.

El sistema de adivinación del oráculo fue respetado durante más de 1000 años. Este mes de diciembre de 2022, las autoridades educativas de Nueva York han prohibido el uso de GTP-3, que se publicó en 2020, en sus escuelas por temor a que perjudique el proceso de los estudiantes. De momento, redacta, pero no interpreta o duda y, por tanto, la desinformación es uno de los riesgos más importantes que deben resolver los sistemas de Inteligencia Artificial. También habría que ver sus posibilidades.

El filósofo René Descartes acuñó el “Pienso, luego existo”. Según sus principios, de lo único de lo que no se puede dudar es precisamente de que dudamos, y por tanto, si dudo, mi pensamiento existe y yo también. Una cosa es la capacidad de procesamiento de información o la capacidad de autoaprendizaje en base a datos y otra pensar. Recuerdo que de pequeña una profesora me decía "Más que escribir la redacción, lo que quiero es que pienses y dudes de su sentido literal y el figurado o interpretativo". Pues de momento, según la RAE, Inteligencia artificial es “la capacidad de una computadora de ejecutar funciones que por lo general se consideran propias de la inteligencia del ser humano, como el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas y la toma de decisiones”. De momento, no hablamos de pensamiento artificial.

Este 2023 será un año clave para la regulación de la IA en Europa y para seguir pensando con inteligencia colectiva qué hacemos con ella. La tecnología es una herramienta, para qué la usamos depende de nosotros.

PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, troyanos y trolls y rodearos de sinergentes, que siempre suman aptitudes, equipo y valores.