John Singer Sargent (1856-1925) fue uno de los retratistas de sociedad más afamados de su generación, aunque tenía una pasión oculta: la cultura y los paisajes de España, país al que viajó siete veces a lo largo de su vida empujado por la curiosidad y las ansias de inspiración.
Con el objetivo de recordar la faceta española de Sargent, la National Gallery of Art de Washington ha reunido por primera vez alrededor de 120 obras, entre óleos, acuarelas y dibujos –en su mayoría paisajes y escenas marinas, cuadros de la vida cotidiana y estudios arquitectónicos, así como retratos de los lugareños que conocía por el camino— que el reconocido artista estadounidense realizó durante sus viajes a España. La exposición, titulada Sargent y España, también incluye 28 fotografías inéditas de estos viajes, algunas de ellas tomadas por el propio artista.
El maestro Carolus-Duran
“Sargent y España examina, por primera vez, cómo Sargent se comprometió con ese país, en toda su diversidad, y lo representó en pinturas, dibujos y fotografías”, señala Kaywin Feldman, directora de la National Gallery of Art, en el catálogo de la exposición, que estará en Washington hasta el 2 de enero de 2023 y luego viajará a San Francisco.
De padres estadounidenses, Sargent nació en Florencia y se formó primero en Roma y luego en París, donde fue aceptado en el taller del pintor Carolus-Duran, uno de los retratistas de sociedad más destacados de Francia en ese momento. Fue Carolus-Duran quien despertó en el joven pintor americano la fascinación por España, contagiándolo no solo de su admiración por Velázquez y por la pintura española en general –“Ve a Madrid a estudiar a Velázquez, Velázquez y Velázquez”, le dijo—, sino también de su amor por la vida y la música popular española.
‘Las Meninas’ contemporáneas
En 1879, después de su debut en el Salón de París y con tan solo 23 años, Sargent viajó por primera vez a España y, haciendo caso a quien había sido su maestro, lo primero que hizo fue dirigirse al Museo del Prado para empaparse de Velázquez. Se quedó allí un mes entero, trabajando como copista de la obra allí expuesta: Velázquez, Goya, El Greco, Zurbarán... pero también contemporáneos, como Joaquín Sorolla y Mariano Fortuny. En esta primera etapa en Madrid Sargent concibió Las hijas de Edward Darley Boitz, uno de sus cuadros más famosos, expuesto en el Museum of Fine Arts de Boston, claramente inspirado en Las Meninas de Velázquez.
El exembajador español en Washington Javier Rupérez recordaba en un artículo reciente la primera vez (2010) que en el Museo del Prado coincidieron Las Meninas de Velázquez y el conocido cuadro de Sargent. “El espectáculo era inolvidable: en la distancia de una corta mirada, las Meninas del XVII dialogaban con admiración no exenta de afecto con su reflejo del XX”, escribe Rupérez. “Y frente a la complicada coreografía de las niñas cortesanas de los Austrias se alzaba, de manera tan risueña como informal, la mirada cómplice de cuatro adolescentes contemporáneas nacidas y criadas en el seno de la burguesía rica e ilustrada de los crecientes Estados Unidos de América. No hacía falta ser un experto en pintura para comprender que el lienzo de Sargent tenía toda su explicación e inspiración en el de Velázquez”.
Bailarines y músicos españoles
Sargent, que vivió toda su vida expatriado en Europa, no fue el único pintor de su época que buscaba inspiración en la gran pintura española. Por España habían pasado antes Manet, Courbet y Delacroix, entre otros. El impresionismo y el realismo francés no se entenderían sin la influencia de los maestros españoles. En este sentido, sin embargo, Sargent se aleja de las incipientes corrientes vanguardistas para establecerse más cerca de su contemporáneo Sorolla, Ambos perseguían el uso del color y la luz como medios expresivos, más que como un fin en sí, y obtuvieron un destacado éxito comercial y social, lo que les alejó de ser considerados como pintores vanguardistas.
Sargent recorrió España de punta a punta, algo que no resultaba tan fácil a finales del siglo XIX. Entre 1879 y 1881, y de nuevo en torno a 1890, Sargent produjo una extraordinaria serie de imágenes de bailarines y músicos españoles, especialmente inspiradas en las tradiciones de Andalucía. Entre las obras expuestas se encuentran los cuadros The Spanish Dance (c. 1879-1882) y Spanish Roma Dancer (dos versiones, ambas fechadas c. 1879-1880), la acuarela Spanish Dancer (c. 1880-1881), bocetos y dibujos relacionados con El Jaleo (1882), obra maestra, que actualmente se expone en el Museo de Arte de Boston, así como pinturas de la célebre intérprete Carmen Dauset Moreno, conocida como La Carmencita.
Se sintió libre en España
En sus viajes por España, Sargent también tuvo ocasión de estudiar y retratar paisajes de Granada, Santiago de Compostela y el Pirineo catalán (Camprodon), pasando por la isla de Mallorca, que le fascinaba. Le cautivaron de la misma forma los lugares rurales como los urbanos, y exploró detalles del campo, las costas, la arquitectura, en particular de la Alhambra y el Generalife, los jardines y los habitantes con los que entablaba conversación. A lo largo de tres décadas, creó un amplio retrato del paisaje español: su flora y su fauna, sus gentes y sus animales, sus puertos y sus barcos. Estas obras captan el carácter intrínseco del país y su espíritu de lugar, así como las cualidades distintivas de su luz y su atmósfera.
“Sargent se sintió libre en España, quizá en más de un sentido. Expresó esa libertad con la voluntad del viajero de mirar, capturar y seguir adelante. Nada en sus mejores cuadros se percibe como algo excesivo”, observa el crítico Sebastian Smee en The Washington Post.
Virtuoso con aplomo
Aunque ha sido tildado de pintor “poco profundo”, Smee recuerda que “poca gente ha mostrado más sabiduría en el proceso de llevar la pintura de un lado para otro hasta que logra reflejar el aspecto y el tacto de las cosas. En cualquier caso, ¿no es el virtuosismo combinado con el aplomo una cierta muestra de profundidad?”, escribe.
La exposición concluye con una sección dedicada a los cuadros y bocetos dedicados al estudio de la imaginería religiosa que tanto fascinó a Sargent, especialmente en relación con su encargo de pintar los murales del Triunfo de la Religión en la Biblioteca Pública de Boston. Su compromiso con el catolicismo español incluye bocetos al óleo de espacios y diseños arquitectónicos, desde catedrales a imágenes de la Crucifixión y la Virgen, así como de objetos religiosos que recopilaba. Se sabe que Sargent coleccionaba fotografías de retablos, tumbas de iglesias y, sobre todo, de esculturas de las procesiones de Semana Santa, los llamados Pasos, al parecer comprándolas a fotógrafos profesionales de distintas partes de España.