En una cena entre ingenieros es poco habitual que la conversación gire en torno a libros, así que era fácil que Javier García del Moral y Paco Vique, dos ingenieros de caminos españoles aficionados a la literatura, acabaran haciéndose amigos cuando ambos estaban expatriados en Dublín. Unos años más tarde, cuando la empresa los trasladó a Dallas, Texas —por aquel entonces un destacado centro para compañías españolas del sector de infraestructuras de transporte—, los dos amigos decidieron crear un negocio donde pudieran satisfacer su pasión común por el mundo de la literatura y los libros. Después de darle varias vueltas al asunto, en febrero de 2014 abrieron allí The Wild Detectives (“Los detectives salvajes”, en honor a la conocida novela del escritor chileno Roberto Bolaño), una librería-bar-sala de conciertos que no solo se ha convertido en un lugar de referencia para la vida cultural de la ciudad texana, sino también en un “puente” entre EEUU e Hispanoamérica.
“Más que una librería, lo que queríamos montar era un lugar de encuentro, un espacio para compartir”, explica García del Moral en una entrevista reciente con este medio en Barcelona, ciudad que visita a menudo, ya que su esposa es de aquí.
El local, lo más difícil
Remontándose a los inicios del negocio, García del Moral recuerda que lo más difícil fue encontrar un local que se ajustara a lo que necesitaban. Uno de los requisitos para abrir un negocio en Dallas es que disponga de un número determinado de plazas de párking, y en Oak Cliff, un barrio histórico con casas de los años 30, en plena gentrificación, era difícil hallar espacios tan extensos. Pero lo consiguieron y, desde el primer momento, la ciudad les “recibió muy bien”. “Enseguida apareció gente proponiendo eventos y conciertos”, recuerda García del Moral. Él y su socio se ocuparon personalmente de la selección de títulos que pondrían a la venta —actualmente hay cerca de un millar, la mayoría traducciones al inglés, aunque también disponen de una pequeña sección de libros en español— y de los primeros eventos culturales, desde presentaciones de libros a conciertos y obras de teatro, hasta que la programación empezó a ser tan extensa que se les hizo complicado compaginar su trabajo de ingenieros con la gestión de la librería. “Tuvimos que darle mil vueltas a la organización de personal para hacerlo sostenible”, recuerda.
A pesar de ser españoles y compartir una gran afición a la literatura hispanoamericana, los fundadores de The Wild Detectives nunca quisieron posicionarse como una librería “latina” o “hispana”, sino que se enfocaron en la idea de ser un punto de encuentro, “un lugar con varias caras: libros, música, cócteles, gastronomía, bailoteo...” abierto a todo tipo de público. “Es cierto que hablar español fue una ventaja desde el principio”, reconoce García del Moral, que ahora se dedica a tiempo completo a la librería. “Sabemos que hoy en EEUU el interés está puesto en Latinoamérica, al menos una ciudad como Dallas”, añade.
De Querétaro a Dallas
Durante los primeros años, García del Moral viajaba de forma regular a Hispanoamérica, sobre todo a México, y aprovechaba los viajes de trabajo para asistir a festivales y ferias de literatura, establecer contacto con editores y autores latinoamericanos. Fue así como en 2018 salió la posibilidad de organizar en su librería de Dallas una “extensión” del conocido Hay Festival de Querétaro, coincidiendo con la publicación en inglés de la primera antología de textos de Bogotá 39, la lista de autores del sur del continente menores de 40 años que promueve el Hay Festival.
“La verdad es que el evento fue muy bien, y entre ese año y el siguiente tuvimos invitados de la talla de Jon Lee Anderson, Ben Fountain, Yásnaya Aguilar, Elvira Liceaga, Emiliano Monge y Cristina Rivera-Garza”, explica el emprendedor nombrando diversas firmas de referencia en EEUU y México. Luego, vino la pandemia, que los obligó a llevar el Hay Festival Forum Dallas al formato online y a bajar el ritmo de actividades, pero para la edición de 2022, que tuvo lugar los pasados 3 y 4 de septiembre, The Wild Detectives, en colaboración con varias universidades texanas, llevó a cabo su congreso más ambicioso, con nueve autores invitados de seis países diferentes. “Una de las cosas que más me gustan del Hay Festival es que huye del formato de charlas y conferencias, se generan conversaciones y debates sobre temas distintos, se crea un ambiente muy bonito, muy cercano”, dijo García del Moral, recordando algunos de los ponentes de este año, entre los que destacan el escritor peruano Jeremías Gamboa, el periodista cubano Carlos Manuel Álvarez y la periodista mexicano-estadounidense Alma Guillermoprieto.
Una ciudad de bajos ingresos
“Nos vemos como un puente cultural entre EEUU y América Latina”, comenta el emprendedor en referencia al papel de la librería en Dallas, una ciudad con un 40% de población de origen hispano. Sin embargo, es consciente de que el perfil de cliente de su librería no es el inmigrante latino indocumentado o con bajos ingresos que lucha por lograr el sueño americano. Tampoco fue ese su punto de partida. “Mi sueldo de ingeniero expatriado me ponía en una situación privilegiada”, admite, recordando que Dallas es una ciudad donde los ingresos medios por hogar están por debajo de la media del país.
En lo que se refiere a las políticas antiinmigración promovidas por el Gobierno de Trump y los republicanos en los últimos años, “es cierto que han hecho mucho daño, pero Trump no representa a las ciudades de Estados Unidos”, comenta. Además, desde Dallas afirma haber observado que el español se ha convertido en un idioma más internacional, “el estadounidense quiere aprenderlo. Se ha convertido en algo aspiracional”, añade.
Integrar Hispanoamérica
Como dueño de una librería, tampoco se ha visto afectado por la reciente censura de libros sobre sexualidad y racismo impulsada en algunos distritos escolares del estado de Texas controlados por los republicanos. “Este adoctrinamiento cultural es preocupante, pero afecta sobre todo a las zonas rurales de Texas”, comenta. Para él, lo que es evidente es que “Texas se ha dado cuenta de que solo va a preservar si integra a Latinoamérica”.
Más allá de ser un puente entre dos culturas, la librería tiene otro objetivo muy claro: ensanchar la franja lectora, es decir, lograr que alguien que no lee nunca se acabe comprando un libro. “Ese porcentaje pequeño de lectores que compra libros ya lo tienes garantizado, es la columna vertebral de cualquier librería. Pero luego está aquel que entra para tomarse un cóctel, ver una obra de teatro, participar en una sesión de salsa o cumbia y, ¡oh!, ve que también hay libros y acaba comprándose uno”, aclara. ¿Por qué, entonces, la mayoría de las librerías de Barcelona siguen manteniendo un formato tan serio? “No lo sé... pero creo que abriéndote a otras actividades no relacionadas directamente con la literatura, como la música, el baile, el teatro, gastronomía... logras que un potencial lector no se sienta intimidado a entrar”, concluye.