En el año 2016 se inauguraba en el Musée d’Orsay de París una exposición titulada Qui a peur des femmes photographes? 1839-1945, una muestra de mujeres fotógrafas de los dos últimos siglos comisariada por la conservadora de fotografía del museo, Marie Robert. La exposición impresionó tanto a Luce Lebart, una historiadora del arte especializada en fotografía del siglo XIX, que motivó a que se conocieran y hablaran de un proyecto en común: publicar un libro que pusiera en valor el cometido de las mujeres fotógrafas en todo el mundo, más allá de los estereotipos de género y de la visión eurocéntrica y occidental sobre este medio, y que, sobre todo, fuera escrito por mujeres.
“Las miradas de las mujeres fotógrafas tienen en común que han recibido menos atención y menos exposición que las de los hombres. Sus imágenes y obras rara vez han llegado a la posteridad”, explica por e-mail Luce Lebart, coautora de Une histoire mondiale des femmes photographes (Textuel editions, 2020), un libro ilustrado que documenta el trabajo de 300 mujeres fotógrafas de todo el mundo, desde la invención del medio hasta la actualidad, acompañado de textos de 160 autoras internacionales, y que la editorial Thames and Hudson acaba de publicar en inglés con el objetivo de llegar a un público mucho más amplio.
Más fotógrafos hombres
Lebart explica que cuando surgió la idea de hacer este libro ella se encontraba a cargo de gestionar las colecciones de la Sociedad Francesa de Fotografía de París, una de las colecciones fotográficas más antiguas (que tiene muy pocas obras de mujeres fotógrafas) y preparaba un libro sobre los grandes fotógrafos del siglo XX para la editorial Larousse. “Me encantaba poder jugar la carta de la paridad e incluir a mujeres que a menudo son invisibles. Sin embargo, era evidente que el panteón de fotógrafos seguía siendo masculino”, reconoce.
Al mismo tiempo, se preguntaba por las razones de la canonización y la construcción de la posteridad de los fotógrafos. ¿La ausencia de mujeres fotógrafas en las historias de la fotografía podría estar relacionada con el hecho de que estas historias fueron elaboradas durante mucho tiempo por hombres? ¿Por qué no imaginar un libro sobre mujeres fotógrafas escrito por autoras?
Descentralizar los puntos de vista
La idea de recurrir a un centenar de especialistas mujeres de todo el mundo –historiadoras, conservadoras, periodistas…— para que redactaran los textos que acompañarían las obras le pareció además una forma ideal de presentar a fotógrafas que habían trabajado mucho más allá de Occidente y del siglo XIX.
“Sus miradas ayudan a poner en valor la experiencia de las mujeres y descentralizar los puntos de vista para incluir más diversidad: queríamos mostrar fotógrafas panameñas, coreanas, neozelandesas, argelinas, cubanas, españolas, japonesas, ucranianas o groenlandesas. También queríamos ofrecer visiones plurales a través de formas muy diversas de escribir”, comenta Lebart.
Mujeres fotógrafas desde el inicio
Entre las fotógrafas seleccionadas se encuentran las españolas Isabel Muñoz, Joanna Biarnes, Ouka leele, Pilar Aymerich y Cristina García Rodero. De Hispanoamérica destacan Sara Facio y Josefina Oliver de Argentina, Lola Falcón y Paz Errázuriz de Chile, Zoraida Díaz, nacida en Colombia, y mexicanas como Lola Álvarez Bravo y Mariana Yampolsky, estadounidense nacionalizada mexicana, o Graciela Iturbide, entre otras.
“Más allá de dar visibilidad a las mujeres, el objetivo de este libro ha sido constatar cómo hay y ha habido siempre mujeres fotógrafas en todo el mundo desde que fue inventado este medio”, dice Lebart. “La idea no era excluir –añade—, sino reunir perfiles y obras a veces conocidas y a veces olvidadas. Para nosotros, era una oportunidad para demostrar que era posible una historia más equilibrada y justa de la fotografía, una historia de la que todavía queda mucho por escribir”, dice la historiadora.
Algunas iniciativas
Por suerte, según Labert, hoy por hoy, al menos en Francia, muchas cosas han cambiado en poco tiempo. Y pone como ejemplo que este año 2022 es la primera vez que en el Festival Internacional de Fotografía de Arles se exponen tantas mujeres como hombres. “Puede parecer insignificante, pero detrás de este cambio hay años de trabajo y mucho compromiso por parte de personalidades del mundo de la fotografía, pero también por parte de asociaciones que muestran el camino incluso cuando aún no estamos preparados para verlo”.
Otro ejemplo: en Francia, durante la celebración de Paris Photo, se organiza una gira con el objetivo de promocionar a las mujeres fotógrafas. Esto anima a las galerías a exponer más mujeres. “Nuestro libro se inscribe realmente en esta dinámica, que no es solo francesa y que puede encontrarse en otros países”, opina.
Herramienta de emancipación
Por último, Labert reconoce que lo que más le llamó la atención mientras preparaba el libro fue la cuestión del compromiso: hasta qué punto la fotografía ha sido una herramienta de emancipación para muchas mujeres y hasta qué punto, desde el siglo XIX, han estado en todos los frentes del medio, con y junto a los hombres, ya sea en el contexto de las expediciones vinculadas a la conquista del Oeste americano o en el de los conflictos modernos, etcétera. “Fue entonces cuando me di cuenta de hasta qué punto el campo de los redescubrimientos es inmenso y parece inagotable”, concluye.