El grupo asturiano Masaveu es uno de los consorcios familiares más relevantes de España. Atesora una fortuna formidable, inversamente proporcional al bajo perfil público de los miembros de la saga propietaria.
Inició el linaje Vicente Masaveu Rovira, oriundo de Castellar del Vallès (Barcelona). A comienzos del siglo XIX cogió sus escasos bártulos y emigró a Oviedo para ganarse la vida como aprendiz en un comercio de tejidos. Poco después emprendió el mismo camino su hermano Pedro, quien a la temprana edad de trece años se enroló como dependiente en otra tienda textil de la capital asturiana.
Los descendientes de estos pioneros abordaron después diversas iniciativas muy provechosas en el ámbito del comercio, el cemento, la banca, los inmuebles y, en los últimos tiempos, la energía.
Casi dos centurias después, la dinastía reúne una riqueza inmensa. La articula por medio de Corporación Masaveu SA, domiciliada en Oviedo, que abarca ocho líneas de negocios y está presente en una decena de países. Explota las bodegas Murua, Fillaboa y Pagos de Araiz, así como la potente cementera Tudela Veguín.
Mención aparte merece la rama patrimonialista del grupo, con activos por valor de 1.200 millones. Alberga una extensa cartera de edificios señoriales en Oviedo. Asimismo dispone de 5.000 plazas de aparcamiento. Un millar de ellas radican en Barcelona y corresponden a dos instalaciones: Roma 2000, sita junto a la estación de Sants, y hospital Vall d’Hebron.
Además, en época reciente saltó el charco hasta Estados Unidos, donde adquirió inmuebles por importe de cientos de millones. Tales compras incluyen cinco enormes bloques de oficinas en Houston, Miami, Washington DC y Dallas, que aportan cuantiosas rentas anuales.
En el campo de las energías renovables, ocupa posiciones en una veintena de parques fotovoltaicos desparramados por los estados norteamericanos de Texas, Carolina del Norte y Pensilvania. Esos recintos, sembrados de placas solares, se asemejan a la gallina de los huevos de oro, pues generan beneficios a carretadas.
Por último, merece una cita la división financiera de Masaveu. Embalsa gruesos paquetes de acciones de Bankinter, de Línea Directa Aseguradora, del banco resultante de la unión Unicaja-Liberbank y de la eléctrica portuguesa EDP. Esta masa de títulos bursátiles se contabiliza en 1.800 millones.
Grupo Masaveu arrojó en 2021 un beneficio consolidado de casi 100 millones. La mitad de esta suma se repartió como dividendo y la otra mitad se destinó a robustecer las reservas. Los fondos propios suman 1.600 millones. Tal guarismo no refleja ni remotamente el valor intrínseco del grupo entero, de magnitud muy superior.
Año | Ventas | Beneficio |
2021 | 418 | 99,2 |
2020 | 357 | 43 |
2019 | 368 | 52 |
2018 | 337 | 50 |
2017 | 299 | 25 |
2016 | 265 | 38 |
La actual generación Masaveu, sexta desde los comienzos de la estirpe, controla por entero el capital de la sociedad holding. La principal accionista es la Fundación María Cristina Masaveu, titular del 41%.
Esta entidad es dueña de una de las colecciones de arte más relevantes de España, con cuadros de El Greco, El Bosco, Goya, Dalí, Picasso, Velázquez y Sorolla.
Los restantes socios de Corporación Masaveu son cinco patrimoniales con el 10% cada una. Sus titulares son los hermanos José, Luis, Fernando, Carolina y María Masaveu Herrero.
Es de destacar que la magna compañía hispana, gracias a su fortaleza, sufrió efectos prácticamente nulos por el aciago coronavirus. Así, ninguna de las 110 filiales del emporio presentó expedientes de regulación temporal. Por el contrario, todas ellas mantuvieron íntegramente sus respectivas plantillas, compuestas por 1.440 empleados.
El gigante Masaveu se fundó en 1840. Casi dos siglos después, navega con las velas desplegadas a una extraordinaria velocidad de crucero y se muestra más vigoroso que nunca. Su poderío es tal que ni siquiera una formidable crisis como la provocada por la pandemia mundial del Covid ha sido capaz de causarle rasguños significativos.