En la inauguración de una serie de eventos que ha puesto en marcha la agencia internacional de comunicación y asuntos públicos Hill+Knowlton Strategies (H+K), la vicepresidenta Económica y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha dicho: “No voy a volver a hacerme una foto en la que sea la única mujer. No voy a volver a participar en un debate en que sea la única mujer. Tenemos que tomar este tema muy en serio”.
No sé si ha sido espontaneo o formaba parte del discurso, pero lo que si es cierto es que hay muchas personas a las que ese tipo de fotos nos incomodan porque nos ponen ante los ojos que no existe igualdad y porque no entendemos como hoy en día, en la era del conocimiento, el talento y la revolución digital, no existe ningún país del planeta tierra que sea 100% igualitario.
Comparto el sentimiento de la ministra porque cuando los hombres dicen que no hay mujeres para la foto, no es cierto, ella como gallega sabe que haberlas haylas, y si no las hay, es cuestión de formarlas. La plantada de la ministra es simbólica pero importante porque algún día hay que decir basta en voz alta para que las cosas cambien, pero sería más efectivo que lo hiciéramos los 3.700 millones de mujeres del mundo, así cambiarían muchas cosas seguro.
Un estudio de la fundación Gates determinó que tardaremos 100 años en llegar a la igualdad. Yo no puedo decirle a mi hija que en el siglo XXI tendrá que esperar 100 años para tener las mismas oportunidades que su hermano y que mientras tanto trabaje y se calle.
Aquí la discriminación es sutil y lamentablemente está empeorando con la falta de digitalización de las mujeres creando una brecha digital. Calviño como responsable de este ámbito lo sabe bien y sabe también que en él el porcentaje de mujeres cae en picado. Si vamos de cabeza hacia la digitalización de todo, las cifras se agravarán si no ponemos remedio y perderemos el 50% del talento.
Las mujeres en carreras STEM (ciencia-tecnología-ingeniería y matemáticas) son solo el 28% y si le añadimos el componente empresa o cargos de responsabilidad, la cifra se desploma. ¿Cuál es la proporción de mujeres presidentas de asociaciones empresariales, patronales, sindicatos, directoras de centros de investigación, rectoras, o empresarias tecnológicas? Las mujeres representan el 25% del sector tecnológico en Europa. En Barcelona por ejemplo solo el 13% de las startups son impulsadas por mujeres y estas solo han accedido al 10% de la financiación en los últimos tres años. Calviño lo sabe.
Hay dos problemas que se retroalimentan, la falta de visibilidad de las mujeres que no son visibles porque no ocupan cargos de responsabilidad lo que conlleva que no ocupen lugares de responsabilidad porque no son visibles, cerrando un círculo vicioso. El otro problema es el paternalismo cultural.
Necesitamos más referentes en todos los niveles y campos del conocimiento, también en el digital y también digitalizados. Necesitamos referentes femeninos en blockchain, cripto, videojuegos, robótica, biotecnologías, humanismo, arte, etc. pero también influencers femeninas y no solo en estilo de vida o moda sino en macroeconomía, tecnología y empresa. Hay que promover el antes muerta que analógica.
Hechos y no palabras o mejor dicho datos y no discursos. La igualdad supone llegar al 50%, hasta entonces habrá que educar y prevenir las desigualdades con actuaciones y, ¿porque no?, de tanto en tanto plantarse.
En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, troyanos y trolls y rodearos de sinergentes que siempre suman aptitudes, equipo y valores.