Cuando a mediados de agosto los talibanes tomaron el poder en Afganistán, miles de niños tuvieron que abandonar la escuela. Un mes más tarde, los talibanes anunciaron el regreso de los niños a las aulas, pero no mencionaron a las niñas. Y eso hizo temer por su futuro a Sotooda Forotan, una estudiante de 15 años de Herat, capital de la provincia con el mismo nombre, al oeste del país. Así que cuando el pasado 21 de octubre fue invitada a recitar un poema en una celebración religiosa local, en lugar de subirse al escenario y limitarse a hacer lo que le habían mandado aprovechó la ocasión para hablar por ella misma y por el resto de niñas y mujeres jóvenes de su país, y suplicar a los talibanes que reabrieran las escuelas secundarias para ellas.

“Hoy, como representante de las niñas, quiero transmitir un mensaje que está en nuestros corazones. Todos sabemos que Herat es la ciudad del conocimiento y la sabiduría... Entonces, ¿por qué las escuelas deberían estar cerradas a las niñas?”, dijo Forotan, cabello cubierto con el velo negro y micrófono en mano, ante una audiencia de unas 200 personas, entre las que se incluían varios funcionarios talibanes de la provincia.

“Decidí hacer algo”

Al poco rato, el vídeo de su breve y emocionante discurso se volvió viral en las redes sociales de Afganistán y del mundo entero, poniendo de manifiesto la valentía mostrada por la joven afgana. Y no fue en vano: desde el pasado 6 de noviembre, las escuelas de secundaria para niñas de la provincia de Herat vuelven a estar abiertas gracias a su discurso, una victoria que el periódico británico Financial Times ha considerado meritoria para nombrar a Forotan una de las 25 mujeres más influyentes del 2021.

“Solía ser la voz de muchas mujeres y niños, pero desde que los talibanes tomaron el control, había permanecido en silencio y muy preocupada por lo que sucedería con mis objetivos de futuro”, explicó Forotan en una entrevista con Rukhshana Media, un medio online afgano especializado en temas de mujeres, poco después de que su discurso se hiciera viral. “Así que decidí hacer algo, volver a representarlas”, apostilló.

Ministra de Exteriores

En su discurso, Forotan empezó recordando a los presentes las lágrimas de su madre cuando el pasado setiembre perdió su trabajo de profesora después de 14 años. Cómo su hermana de 7 años, en lugar de jugar y estar contenta, solo pensaba en escaparse del país junto a su hermano de 4 años, que ya es capaz de identificar los sonidos de disparos y bombas. También recordó los lamentos de sus compañeras de clase y sus propios sueños desvanecidos. “Todo esto me dio el valor para alzar la voz frente a los funcionarios talibanes. Pero no era solo mi voz, sino la voz de una nación”, aclaró a Rukhshana Media.

Por otro lado, Forotan admitió que aunque sus familiares tienden a ser conservadores y simpatizar con la ideología talibán, su padre siempre ha sido su mayor apoyo, animándola a leer y convertirse en activista desde los 7 años. “Yo quería ser la primera mujer ministra de Exteriores de Afganistán”, dijo en el discurso. Y para lograrlo, explicó, leía biografías de políticas exitosas y estudiaba las diferentes maneras de hacer realidad su sueño: “Incluso mientras dormía soñaba a qué universidad  iría y dónde trabajaría”.

Amenazada

“Nuestro derecho más importante [como niñas] es obtener una educación para que podamos construir nuestro país. Tenemos derecho a trabajar y estudiar”, insistió Forotan en una entrevista publicada esta semana con la televisión danesa TV2. “Me alegro de que me hayan escuchado. Espero que vuelvan a abrir todas las escuelas y universidades de niñas del país, y no solo las de Herat”, añadió. Hablar con semejante coraje en un país con un régimen como el de los talibanes no es gratuito. La estudiante admitió a TV2 que ha recibido amenazas, pero, aun así, continuará luchando por las niñas y mujeres afganas que aún no han podido regresar a las aulas.

“Quizás están tratando de hacerme callar y tenerme sentada en casa. Pero puedo asegurarles que eso nunca pasará”, dijo Forotan a la corresponsal de TV2, Simi Jan. Según la periodista de la televisión danesa, el régimen talibán está dividido entre los que creen que las mujeres deben permanecer en el  hogar y los que no. De momento, la balanza de fuerzas parece inclinarse hacia el primer grupo, viendo el recorte de derechos que han sufrido las mujeres desde su llegada al poder. Pocos días después de que el movimiento militante islamista se apoderara de Kabul, se prohibieron los deportes a las mujeres, mientras que a las niñas en varios lugares se les niega la escolarización. Al mismo tiempo, los talibanes también han pedido a las estaciones de televisión del país que dejen de mostrar series y dramas televisivos protagonizados por actrices y muchas mujeres empleadas en el sector público no pueden volver a sus puestos de trabajo.