Ayer, Units per Avançar celebró su convención, muestra evidente de su intención de jugar un papel propio en el nuevo escenario en que parece adentrarse la política catalana, tras la concesión de los indultos.
Desde el inicio del procés, Cataluña ha vivido un proceso de enorme polarización. Así, las últimas convocatorias electorales se han constituido en pseudo referéndums acerca de cuál de los dos bloques, independentista o constitucionalista, se imponía. Una dinámica plebiscitaria que ha forzado a los ciudadanos a decantarse hacia las posiciones más extremas, en uno u otro sentido, debilitando las expectativas de las opciones moderadas.
Sin embargo, en todas las encuestas que, a lo largo de este período, preguntaban a los catalanes por sus preferencias ante una triple alternativa, la denominada tercera vía siempre fue la opción preferida. Por ello, en un clima de distensión, en que los ciudadanos no se sienten forzados a optar entre dos alternativas, emergerá espacio para que las opciones moderadas recojan el voto ciudadano.
En este contexto, Units, que en estos últimos años ha coincidido en las grandes cuestiones con el PSC, a quien ha acompañado electoralmente, empieza a mostrar sus diferencias programáticas con los socialistas, lo que constituye una magnífica señal de retorno a la normalidad.
En este nuevo escenario político, resulta muy conveniente que surja una propuesta de centro moderado, no sólo para la cuestión territorial sino, también, para las cuestiones económicas y sociales. Y en ese empeño, Units puede jugar un papel referencial, aglutinando las iniciativas que, aún sin representación parlamentaria, tienen el mérito de haber mantenido viva la opción centrista.
Si los democristianos, resucitados al cuarto año tras la defunción de Unió, lideran la consolidación de ese espacio político, harán una gran aportación al conjunto del país. Pero, además, pueden efectuar otras dos contribuciones notables. De una parte, el partido, continuador de una arraigada tradición histórica, propone una densa y trabajada propuesta social y económica, en un momento de reformulación de nuestro contrato social. De otra, sus líderes se alejan de los perfiles mesiánicos que tanto han abundado y dañado nuestra cohesión y bienestar.
Quizás la exigencia pueda parecer demasiado para un partido como Units. Pero les diría a sus dirigentes que no se abrumen, que hagan suya aquella expresión de su correligionario democristiano Giulio Andreotti, cuando se dudaba de su capacidad para asumir retos mayores: “Soy de mediana estatura, pero no veo gigantes a mi alrededor”.