Noel, el núcleo familiar Bosch-Sala-Boix, volcado en el comercio internacional
La empresa agroalimentaria invierte de forma constante en innovación, con una apuesta por la proteína vegetal, presente en todos los mercados internacionales desde Olot
27 junio, 2021 00:00Donde nace lo peculiar prosperan las dos mejores cualidades de la polis: la cultura y la industria. En el corazón de la Garrotxa, la localidad de Sant Joan Les Fonts resume la belleza paisajística que hizo célebre a la generación de pintores iniciados en la escuela francesa de Barbizon, los Berga, Vayreda, Domenge, Galwey García o Baixeras. La población guarda además los secretos volcánicos de la comarca: cuarenta conos de lava amasada y una veintena de coladas basálticas, formando paisajes lunares que se reproducen como manchas de aceite rodeadas de verde, bosques de encinas, robles y abedules.
En el polígono Pla de Begudà de la misma localidad de Sant Joan se levanta la primera fábrica del grupo alimentario Noel, una empresa familiar con cuatro generaciones a cuestas, fabricante de productos cárnicos y el primer empleador de la provincia de Girona, si descontamos las imbatibles cadenas de distribución. Noel exporta a 66 países; su mercado internacional representa el 50% de su negocio y está muy extendido en Reino Unido, Francia, Portugal o Alemania. Sus inicios se remontan a Isidre Bosch, dueño de La Modelo, una antigua carnicería de Olot, cuyo hijo, Josep Bosch, creó Noel en 1940 y encargó la instalación de una fábrica de embutidos en la Avenida del Maestrazgo de la misma ciudad.
Esfuerzo con resultados
El primer salto cualitativo lo dio décadas más tarde el líder de la segunda generación, Albert Bosch i Sala; su influjo hizo realidad la maqueta de un sueño que se ha concretado con éxito indiscutible. Bosch i Sala se erigió en el gran impulsor del proyecto; deslocalizó sus activos industriales y orientó el negocio hacia la exportación. Forjó sus primeras alianzas en 1970, a través de enlaces en Japón y EEUU. Pero los frutos de aquel esfuerzo han llegado mucho más tarde. Son apenas recientes; datan de cuando Noel ha empezado a colonizar los mercados asiáticos y norteamericanos, a partir de la costa del Pacífico. Hace algunos meses, en pleno 2020, la empresa entró en el mercado chino y antes de terminar 2021 habrá exportado a Pekín alrededor de 10.000 toneladas de productos de porcino.
Superada la crisis del Covid, la conquista de nuevos objetivos se entrelaza con los fondos Next Generation, creados por la UE. Noel cumple los requisitos de reimpulso y mejora del modelo productivo que busca la Comisión presidida por Ursula von der Leyen. La empresa ha formalizado un primer tramo de inversión de 300 millones de euros, pactado con el Ministerio de Industria y la Generalitat, con un impacto directo sobre la Garrotxa, --la compañía representa ya el 16% del PIB de la zona-- gracias a la creación de 400 nuevos puestos de trabajo directos. El grupo de los Bosch se ha marcado cinco objetivos: sostenibilidad ambiental; eficiencia energética; trazabilidad y digitalización; instalaciones productivas e innovación tecnológica.
Ciencias de la salud
Las empresas familiares son como las antiguas acrópolis; su futuro depende de la vitalidad de su despliegue generacional. Al hilo de este argumento, el año 1987 resultó crucial para la dinastía cárnica de Olot. Anna Bosch --hija de Bosch i Sala-- y su marido Joan Boix se situaron al frente de Noel, como directores generales y decidieron actuar después como puente entre la tercera y la cuarta generación. Esta última inició el relevo, entre 2012 y 2014, de la mano de los hermanos Albert y Xavier Boix i Bosch, que hoy desempeñan la dirección comercial y la gestión corporativa del grupo, respectivamente; están muy cerca de la cabeza, pero todavía no poseen el cetro absoluto de una herencia que han demostrado merecer.
Al margen de su actividad industrial, Noel hace honor a la cultura aplicada a las ciencias de la salud --virtud de la Polis-- por medio de la Fundación que lleva el nombre de su pionero, Bosch i Sala. Su misión es promover la búsqueda de soluciones médicas, biomédicas y quirúrgicas a las enfermedades infantiles, especialmente en la investigación del cáncer infantil. Dentro de los proyectos conseguidos destaca la colaboración en el desarrollo de la cirugía fetal en el Hospital Universitari Vall d’Hebron. Este mismo patronato está colaborando ahora en la investigación de los tumores infantiles de peor pronóstico con el Servicio de Oncología y Hematología Pediátricas del centro. En el campo de la aplicación científico-médica, la compañía creó en 2018 la Fundació Maria Rosa Sans por iniciativa de los entronques Boix-Bosch y Boix-Bonfill, vinculados al accionariado de la empresa, con la finalidad de promover la igualdad de oportunidades a través de la formación.
En el terreno estrictamente industrial, Noel ha crecido exponencialmente. Cuenta con una plantilla de casi 2.000 empleados, factura más de 300 millones de euros y posee 16 centros de producción en las provincias de Girona, Barcelona y Teruel. El próximo otoño, la empresa tiene previsto inaugurar una nueva planta en Olot de 15.000 metros cuadrados para impulsar su división de productos frescos. Este último paso expresa la diversificación de un portfolio que quiere ir más allá de los productos cárnicos. Noel fue pionera con el lanzamiento de esta línea de productos en el Salón Alimentaria 2016; actualmente, cuenta con tres tipologías de producto: loncheados, hamburguesas de verduras y productos plant-based, elaborados a base de proteína vegetal que emulan el sabor y la textura de la carne.
En noviembre de 2019, Noel presentó, en la cuarta edición del Foro Cárnico celebrado en Girona, la primera hamburguesa análoga de la ternera producida íntegramente en España. En 2020 lanzó los primeros snacks de embutido crujiente elaborados al horno, la gama Pícalos. Al avanzar en este tipo de aplicaciones, Noel ha ampliado su radio de influencia asociándose con otras compañías. En 2019 cerró un acuerdo con la empresa ampurdanesa Casa Bona Tradicional para entrar en el segmento de las pizzas artesanas de alta gama; en 2020 se alió con Tap Tap Precuinats para crear Tap Tap Foods y convertirse así en un referente en el mercado de los gazpachos, las cremas refrigeradas, los caldos y las salsas, entre otros productos.
Si los entonos naturales contaminan a sus gentes, puede decirse que a Noel se le pegado el tono explosivo de los cráteres volcánicos salpicados en un mundo de interiores hecho de basílicas y viejos castillos silenciosos. Las bocas de fuego de los montes cónicos de la Garrotxa, como los Santa Margarida, Montsacopa o Croscat, --el mayor y más joven volcán de la península Ibérica-- heredan silencios solo interrumpidos a lo largo de siglos. Mas allá de su destino trágico, el tiempo de la lava incandescente es casi incalculable, como las horas astrofísicas.
Certificados para exportar
A medio camino, entre la tradición y la celeridad del siglo, Noel se ha convertido en un grupo de alimentación global capaz de adaptarse a las últimas tendencias del mercado a partir de una imaginería industrial de orígenes casi rudimentarios. La firma mantiene, desde sus orígenes, una política de inversión constante enfocada a la innovación, la mejora de la seguridad alimentara y el aumento de la capacidad productiva. La experiencia la ha llevado a conseguir los principales sellos internacionales de su sector, como USDA, certificación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos que garantiza que los productos Noel han alcanzado la calidad necesaria para ser exportados al país; Sedex, que asegura que la compañía lleva a cabo un negocio responsable; o IFS Food, sello que certifica un riguroso control de calidad y seguridad alimentaria en todo el proceso de producción.
Cuando la violencia del romanticismo irrumpió en el mundo neoclásico, pintores como Delacroix o Géricault se mostraron dispuestos a liquidar el ruralismo imperante en los lienzos. Pero dicen los expertos que aquel choque mejoró el paisajismo y dio lugar a la Escola d'Olot, en pleno ochocientos. Los pintores de vaguada y caballete cristalizaron la belleza, el paisaje sobre el que se asienta hoy la industria sostenible, con un ejemplo tan diáfano como el de Noel, un atajo entre la cárnica de siempre y la proteína vegetal.