Aunque las diversas fuerzas políticas de la derecha española lo nieguen e incluso parezcan desearlo, sin embargo, algo se mueve en Cataluña. Las derechas carpetovetónicas siguen instaladas en una inmovilidad estéril e inoperante, incapaces de aportar soluciones a los problemas territoriales de la nación española, al mismo tiempo parece como si intentaran poner palos en las ruedas para dificultar una recuperación económica que no podrán liderar.
El relato secesionista se desvanece poco a poco, ya nadie grita que España ens roba, el anuncio de los indultos debilita el victimismo y el griterío denunciando la no inversión en infraestructuras con el que el Estado castigaba a Cataluña se diluye como azucarillo en agua caliente. Al Govern nunca le interesaron demasiado las infraestructuras, poco invirtieron en ellas y cuando lo hicieron, peor las gestionaron: el Eix Transversal, la línea 9 del metro de Barcelona, el canal Segarra-Garrigues, aeropuerto Lérida-Alguaire... son algunos ejemplos de lo dicho. Lo que en realidad les interesaba era su instrumentalización para alimentar el victimismo y activar los agravios comparativos. Unos Governs que invirtieron muy por debajo de la media de otras CC.AA. y que siempre tuvieron de las infraestructuras una visión de negociado del 3%.
Ahora que el Gobierno activa de forma generosa las inversiones en infraestructuras en el Principat, se da la paradoja de que el Govern no sabe qué hacer, queda descolocado. A la ampliación aeroportuaria del Prat responde con mesas de diálogo y grupos de trabajo, en un claro intento de marear la perdiz y evitar tomar decisiones. El Govern califica la mayor inversión en infraestructuras ferroviarias en Cataluña (Pla Rodalies 2020-2030) como invasión de competencias y hace sordina de los avances del Corredor MED, en realidad nunca les interesó demasiado.
Con la posible aplicación del indulto a los líderes condenados del procés las cosas se complican aún más para el secesionismo radical y las derechas carpetovetónicas. El indulto debilita el relato victimista. Nadie ha explicado mejor que la intransigente lideresa Paluzie, la utilidad inteligente del indulto: "acentúa las contradicciones del bloque independentista y desmonta la estrategia internacional del procés". Al deterioro del relato secesionista se suma las declaraciones del viejo patriarca Pujol, que suponen una descalificación a la deriva independentista de los últimos 10 años, a los que califica de años perdidos.
Algo se mueve también en el tradicional combate por el control de la gestión de la Catalunya S.A. y sus presupuestos, asistimos al espectáculo de ERC asaltando el tradicional poder que Convergència ha ejercido durante décadas en la sociedad catalana.
Un nuevo president de ERC con genes convergents, decide que ha llegado la hora del pragmatismo, están en juego cerca de 30.000 millones de euros de proyectos empresariales financiados por los Next Generation EU que pueden llegar a Cataluña en los próximos años. El gen convergent de Aragonés García le lleva a intentar aparecer como el interlocutor con el mundo empresarial, los próximos días en las Jornadas del Cercle d’Economia visualizaremos este intento de aproximación. El president ya se ha disculpado con la presidencia de Volkswagen para intentar recuperar las opciones de la ubicación en territorio catalán de las baterías de litio y se aproxima a grandes del Ibex como Iberdrola, Naturgy y Enagás ofreciendo a Cataluña como espacio vital para el Corredor Mediterráneo del H2. Es la gran oportunidad que ERC esperaba durante décadas, ocupar el espacio convergente.
No será fácil para el president vencer las reticencias internas de algunos montaraces seguidores y sobre todo la confrontación épica con las huestes de JxCat donde conviven restos del pasado convergente de clientelismo y coche oficial con la carcunda carlista del pujolismo. El recorrido del actual Govern será sinuoso, un verdadero campo minado por la estrategia del partido del “cuanto peor, mejor” dirigido desde el palacete de Waterloo. Difícil desarrollo de una legislatura con recorrido incierto y con presupuestos prorrogables desde el 2016 lo que limita muy gravemente la capacidad y el margen de maniobra de la gestión presupuestaria del Govern y puede dificultar la llegada de los fondos europeos.
Nos esperan dos años cargados de tensión donde la coyuntural alianza de gobierno entre ERC con JxCat será sometida a prueba y bombardeada por tierra, mar y aire por el mariscal de Waterloo, bajo vigilancia y marcaje férreo de las huestes cupaires aliadas del mariscal. Los comuns volverán a llamar insistentemente a la puerta de ERC, que continuamente viene propinándoles portazos, con el objetivo de tener algo de relevancia en el Parlament e influencia en el Govern, a cambio de ofrecerles su colaboración para una posible alianza en el Ayuntamiento de Barcelona.
Por último, pero no lo menos importante, la batalla de Barcelona, donde el secesionismo puede volver a perder y el PSC tendría la oportunidad de gobernar Barcelona desde el maragallismo.