El caso de los Pont, accionistas de Grupo Borges, resume un salto que va desde el destello de la tierra hasta el mercado internacional. El mundo rural de los Pont, crisol de una poderosa industria agroalimentaria, germinó en Tàrrega, capital del Urgell, junto al conocido altiplano de la Segarra. Con los años, la empresa nacida del secano llegó a fundamentar su músculo empresarial en el centro marmóreo de Reus (Tarragona), la ciudad ennoblecida por Carlos III, en el Palau Bofarull y tocada por la magia de Domènech i Montaner, en la Casa Navàs. Este grupo de raíz familiar, que empezó a exportar a partir de los años cincuenta de la pasada centuria, destina hoy a los mercados internacionales el 75% de su facturación, cifrada por encima de los 700 millones de euros. Tiene presencia en más de 100 países y es uno de los líderes mundiales en los mercados de aceite de oliva, vinagre, nueces, aceitunas y almendras; en su portfolio de productos abundan el envasado y la comercialización de semillas, frutos secos, frutas desecadas, vinagre de Módena, pasta o snacks.
Borges cuenta con 15 sedes comerciales extendidas por el planeta y, además de sus instalaciones industriales en España, posee 10 fábricas propias distribuidas en países, como Italia, Túnez, Egipto y Marruecos. La cuenca Oeste del Mediterráneo es la ruta de los Pont; los productos de Grupo Borges abundan en las sentinas de carga que unen puertos antiguos, como Alejandría, Túnez, Brindisi o Barcelona. Pero el sueño hecho realidad ha sido, desde el comienzo, el salto oceánico que ha permitido a los Pont colonizar los mercados norteamericanos.
España, junto a California y Australia
Borges fue fundada en 1896 por el matrimonio Antoni Pont i Pont y Dolores Creus i Casanovas a través de Industrias Pont. La segunda generación llegó a su plenitud casi un siglo más tarde. Fue el momento de los entronques Pont Amenós-Pont Creus, con dos líderes familiares: Ramon Pont Creus y Josep Pont Creus. La tercera ocupó puestos de responsabilidad a partir de la segunda mitad de la pasada centuria. Ha sido la más fecunda, la de Antoni Pont Amenós y sus hermanos Ramon y Josep, a los que se unió su primo Antoni Grau Pont.
En 1985, la empresa puso un pie en el exigente mercado de California (EEUU), el paso decisivo para acabar rompiendo las barreras comerciales de los frutos secos. Lo hizo con sede en Reus, la ciudad del Baix Camp, donde los Pont Amenós han sido los grandes impulsores del INC, el International Nut & Dried Fruit (Consejo Internacional de Frutos Secos y Frutas Desecadas), fundado en París, en 1983. El INC tiene su sede en una elegante masía reusense del siglo XIX, el Mas Barrufet, de titularidad municipal y rediseñada con fondos del sector. Antoni Pont Amenós, presidente de honor del grupo familiar, líder de la tercera generación, ex Ceo de la Feria de Reus, fundador de Gresol Empresarial de Catalunya Nova y miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, fue el primer presidente del INC.
Desde el comienzo, este emprendedor de raza ha pertenecido al comité ejecutivo de INC, una organización que reúne a más de 600 operadores, entre agricultores, exportadores, importadores e industriales de 60 países. En los últimos 30 años, la producción de frutos secos en el mundo se ha incrementado un 250%, hasta 3,5 millones de toneladas. Y en la década 2010-2020 la facturación total de los frutos secos, que era de 8.900 millones de dólares, ha pasado a superar los 25.600 (año 2012), mientras que la de las frutas desecadas --los dátiles son el producto más conocido-- se han incrementado un 50%. España forma parte del pelotón de cabeza en la producción y el consumo, de almendras, detrás de California y Australia, y también en el de avellanas y nueces, por detrás de Turquía e Italia. Los principales productores de pistachos son Irán y EEUU.
Materiales reciclables
El Grupo Borges está organizado a partir de una sociedad holding, Pont Family Holding SA, matriz y propietaria de las instalaciones productoras y comerciales, dotada de un consejo de administración en el que se encuentran representadas las cuatro ramas de la cuarta generación de la empresa: José Maria Pont Viladomiu, Xavier Pont Martin, Ana Pont Soriano y Ramon Pont Pujol. Este último relevo en la propiedad de Grupo Borges ha coincidido con la profesionalización en la gestión bajo la presidencia ejecutiva de David Prats Palomo. El cambio se hizo público tras los acuerdos del Consejo de Administración de la filial cotizada Borges Agricultural & Industrial Nuts, S.A. En aquel momento, David Prats sucedió en la presidencia ejecutiva a Josep Pont Amenós, según consta en un hecho relevante de la CNMV.
Borges International Group cuenta con tres líneas de negocio, lideradas por sus filiales Borges Agricultural & Industrial Nuts, Borges Agricultural & Industrial Edible Oils y Borges Branded Foods. La primera, Agricultural & Industrial es la única sociedad cotizada española, integrada verticalmente, dedicada a la producción agrícola, procesado, envasado y comercialización de almendras, nueces y pistachos. “Se trata de un negocio consolidado, impulsado con una sólida red comercial en 59 países, una alta reputación en el sector y referente en productos de calidad”, según el informe de cobertura de Instituto de Analistas Financieros (IEAF), sobre la memoria de la empresa de 2020.
El inmenso olivar de los Pont, tierra de aceitunas y almendras, exhala aromas de alcachofa, romero y tomate, notas principales en la paleta del genuino aceite de la variedad arbequina, de enorme implantación en el Urgell. El compromiso de Grupo Borges con su entorno no acaba en los molinos levantados hoy a modo de industria contemporánea. La empresa centenaria de los Pont presenta un modelo de sostenibilidad, diseñado bajo el concepto de Comprometidos por Naturaleza: prioriza el uso de materiales reciclables en la fabricación de sus envases para garantizar unas modalidades de consumo y producción compatibles con la conservación del medio ambiente.